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El Centro de Innovación de Economía Circular de Madrid (CIEC) está a punto de abrir sus puertas, aunque sus programas ya llevan en marcha unos meses. Gestionado por el Área de Gobierno de Economía, Innovación y Empleo , este espacio situado en el distrito de Vicálvaro, nace con el objetivo principal de impulsar la transición hacia una producción circular del tejido productivo de la ciudad de Madrid.

“Desde el Área de Economía ponemos el foco en impulsar empresas en el ámbito de la sostenibilidad”, explica Cristina Sanabria, Consejera Técnica de la Subdirección General Análisis Socioeconómicos de la D. G. Economía del Ayuntamiento de Madrid y quien coordina el centro.

Actualmente son ya 12 las empresas que participan en el programa Aceleración, que dura 6 meses, en el que emprendedores y emprendedoras y startups con proyectos viables, se forman para  buscar soluciones innovadoras y basadas en la sostenibilidad y en la circularidad.

Otro de los programas en marcha es el de Incubación, pensado para 12 proyectos en fase de ideación, pero con grandes posibilidades. Precisamente, la idea es ayudarles a convertirse en realidad y hacerlo desde la sostenibilidad y desde un diseño inicial ya circular.

Finalmente, dentro de la parte destinada a empresas en funcionamiento , se encuentra el programa Circulariazación, en la que cinco entidades que trabajan en la producción de  mobiliario urbano se forman para optimizar recursos y crear pensando en la segunda vida de los productos, la reutilización, el reciclaje para aminorar el impacto ecológico.

La alimentación como pilar fundamental en la sostenibilidad

Otro de los proyectos del CIEC, que está estrechamente ligado a la Estrategia de Alimentación Sostenible y Saludable del Ayuntamiento de Madrid, es el laboratorio de soluciones basadas en la naturaleza, que se está construyendo en el propio centro. En esta instalación, conformada por bancales de distintas profundidades para realizar testeo de semillas, de sustratos, producción de plantas específicas, con el objeto de experimentar en agricultura urbana de proximidad y en buscar soluciones de edificación sostenibles que integren la naturaleza en ellas -a través de jardines verticales o cubiertas verdes-. Está prevista la puesta en marcha de este espacio para el segundo semestre de 2023.

Concienciar como objetivo prioritario

El programa Fablab, también en marcha en colegios, institutos y centros universitarios, es el otro gran pilar del CIEC.

Como explican en su página web, un FabLab es “un taller de fabricación equipado con máquinas que son controladas por ordenadores. Su particularidad reside en su tamaño y en su fuerte vinculación con la sociedad”. Este tipo de  laboratorio están pensados para enseñar a la ciudadanía a fabricar y crear bajo la filosofía del impulso a la creatividad, autoaprendizaje y compartir experiencias.

Sanabria, además, explica que se va a comenzar a trabajar directamente con asociaciones vecinales de la zona de Vicálvaro -al menos por ahora- para diseñar y plantear actividades que puedan serles de interés. “Queremos concienciar para impulsar la transición hacia una economía circular”, comenta la Consejera Técnica, quien invita a visitar la agenda de la página web del CIEC con regularidad para ver todos los talleres y actividades en los que se puede participar.

School Food 4 Change (comida escolar por el cambio, en su traducción literal en español) es un proyecto europeo financiado por la Unión Europea que se desarrolla también en la ciudad de Madrid, dentro de la Estrategia de Alimentación Saludable y Sostenible 2022-2025.

“Es un programa de aplicación de la innovación y lo que busca es mejorar los menús escolares en toda Europa”, explica Manuel Franco, responsable del proyecto en Madrid.

Tal y como se describe en la propia web del proyecto, “los niños y jóvenes pasan la mayor parte de sus días en la escuela, lo que la convierte no solo en un lugar para aprender, sino también para comer y socializar”.  Por ese motivo, School Food 4 Change incide en cómo abordar de una forma más completa la alimentación en los colegios a través de actividades y teniendo en cuenta a los distintos actores dentro del proceso. Por eso pone el foco en la compra pública de alimentos en colegios, en la formación del personal educativo y la comunidad educativa vinculada a la alimentación, desde las propias cocinas de los centros, hasta el personal educativo, las familias y, por supuesto, en los niños.

Este proyecto ya está trabajando con las escuelas infantiles de Madrid. Pero en España no solo está presente en la capital, hay acciones en marcha en colegios de la comunidad Valenciana, donde se trabaja también en compra pública. La ciudad de Zaragoza participa desde una serie de recomendaciones.

Manuel Franco insiste en la importancia del proyecto en cuanto a la compra pública de alimentos para los centros escolares, ya que “se puede adecuar a otros centros, como de trabajo…”. School Food 4 Change tiene como objetivo crear un verdadero efecto dominó, impactando hasta dos millones de ciudadanos en los 12 países de la UE participantes en los cuatro años que está previsto que dure el proyecto.

El pasado sábado 5 de noviembre, Sara Gutiérrez Olivera, coordinadora de la Estrategia Alimentaria Saludable y Sostenible del Ayuntamiento de Madrid (EASSM 22-25) participó como ponente en la presentación de la tercera fase del proyecto ‘Menús sostenibles, planeta saludable’.

El acto, al que asistieron familias de los centros educativos participantes de los distritos de Villaverde y Usera, se celebró en el CEAC Maris Stella, equipamiento cultural y de educación ambiental en Usera, en pleno parque de Pradolongo.

Este proyecto, financiado por el consistorio madrileño y coordinado por CERAI y Garúa, comenzó en 2020 y tiene como objetivo facilitar la transición hacia unos comedores saludables y sostenibles en 10 escuelas infantiles de la ciudad de Madrid.

En su intervención, Sara Gutiérrez Olivera enmarcó el Plan Alimentario de la Red de Escuelas infantiles municipales como uno de los ejes en los que se materializa la EASSM 22-25, poniendo de relevancia la importancia de una adecuada alimentación en la primera infancia y la compra pública alimentaria con criterios sociales y ambientales como herramienta para alcanzar objetivos de salud, lucha contra la desigualdad de acceso a buenos alimentos, y protección de los ecosistemas naturales de los que depende la producción de lo que comemos.

Otra de las intervenciones la protagonizó Sandra Sanz Martín-Villamuelas, enfermera del Centro Municipal de Salud Comunitaria de Villaverde, quien explicó el día a día del trabajo en fomento de buenos hábitos alimenticios y de actividad física que realiza Madrid Salud, y de su programa Coles con ALAS.

El acto concluyó con la exposición de Virginia Caballero, técnica de CERAI, que resumió el plan de actividades previsto para este curso en 5 colegios y 5 escuelas infantiles municipales. Según sus palabras, desde el proyecto, en esta tercera fase, trabajará con toda la comunidad educativa en 3 escuelas infantiles y Escuela de Familias en alimentación saludable y sostenible para los 7 centros restantes.

Cualquiera podría pensar que el lado más sostenible de Mercamadrid está relacionado solo con productos alimentarios, pero lo cierto es que este centro neurálgico de la alimentación va más allá, es ejemplo de compromiso con su impulso al transporte eléctrico.

Las empresas que operan en Mercamadrid, así como sus clientes detallistas y proveedores, están iniciando una transformación paulatina en sus flotas de transporte hacia vehículos más respetuosos con el medio ambiente. Un cambio que Mercamadrid acompaña, entre otras acciones, con la instalación de equipos de recarga, en colaboración con el Ayuntamiento de Madrid.

Desde la instalación en 2019 de las dos primeras estaciones de carga, este epicentro logístico de la ciudad cuenta con 15 puestos de carga rápida -11 de ellos proporcionados por el Ayuntamiento de Madrid- y dos novísimos equipos de doble toma capaces de suministrar desde 1,5 hasta 22kW por toma, con posibilidad de cargar 4 vehículos simultáneamente.

Con un acceso medio diario de 15.000 vehículos, Mercamadrid es un emplazamiento estratégico para impulsar el cambio hacia una logística y movilidad limpias.

Apostando por otro modelo logístico

El centro logístico ha avanzado mucho en la transición hacia un nuevo modelo logístico, no solo por el cambio de flotas o favoreciendo la movilidad eléctrica, sino probando modelos diferentes, como el proyecto piloto de distribución unificada de productos frescos, que discurrió desde el Mercado Central de Pescados de Mercamadrid, hasta diferentes pescaderías y supermercados de la ciudad de Madrid durante el mes de noviembre de 2020. Además de reducir el número de vehículos y trayectos, minimiza su impacto en el medio ambiente, gracias a la mutualización de necesidades logísticas, novedosos vehículos frigoríficos 100% eléctricos y la colaboración de mayoristas, detallistas, fabricantes y administración.

En noviembre de 2021 se puso en marcha el nodo de compostaje comunitario de San Blas-Canillejas, gracias al cual se produce compost a partir de  residuos orgánicos de frutas, verduras y vegetales, se ahorran costes en el tratamiento de los residuos y se fomenta la participación ciudadana.

Precisamente, para facilitar su uso, el Departamento de Educación Ambiental del Área de Medio Ambiente y Movilidad ha realizado durante los últimos meses actividades de sensibilización y talleres de formación con los vecinos de las zonas cercanas, centros educativos y asociaciones.

Según datos ofrecidos por la organización de las formaciones, han sido un total de 135 horas, de las que se han beneficiado 240 personas de los distrito de Latina, San Blas y Vicálvaro. 

Actualmente, se calcula que hay unas 20 familias en Latina y otras 20 en San Blas aportando a los nodos de compostaje.

Dentro del proyecto, además de otros materiales, se ha diseñado una guía sobre compostaje muy útil y que está a disposición de todo el mundo en la web del Ayuntamiento madrid.es 

3.000 kg de residuos orgánicos al año

Ubicado al lado del Huerto Urbano Quinta de los Molinos, según los estudios municipales, en este nodo de compostaje comunitario se gestionarán cerca de 3.000 kilos de residuos orgánicos al año cuando el proyecto esté en pleno funcionamiento.

Durante el acto de su presentación, la concejala delegada de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana, Silvia Saavedra, explicó que se trata de un proyecto piloto, aprobado en el marco del Plan de Desarrollo del Sur y el Este de Madrid (Plan SURES), que cuenta con un presupuesto de 18.000 euros y que se está desarrollando en varios distritos.