Las entidades organizadoras, Madrid Agroecológico y AUPA, explican que el Faro agroecológico – mercado campesino «es más que un mercado, es un espacio para dar a conocer alternativas que conectan el hecho de alimentarnos con procesos de transformación social.

Es un espacio de encuentro, sensibilización, intercambio y apoyo que ayude a avanzar en la transición agroecológica, que permite:

  • Alimentarnos de manera responsable y agroecológica
  • Comprar alimentos locales con bajo impacto medioambiental, directamente a quienes los producen
  • Apoyar proyectos de economía social
  • Apoyar proyectos que recuperan la identidad rural y el conocimiento de buenas prácticas tradicionales
  • Dar a conocer redes, iniciativas de producción y consumo responsable y canales de formación y de aprendizaje».
Cartel del Faro Agroecológico-Mercado

Hacer la compra, llevarte la huerta a casa y apoyar compra pública alimentaria saludable y sostenible

El domingo 3 de febrero, además de los puestos de venta, junto a Cibeles, habrá otras actividades para todos los públicos:

A las 12.00 horas, un taller de semilleros, para llevar la huerta a casa.

A las 12.30 horas, un taller para peques sobre menú saludable, con la comisión de Ecocomedores de Madrid Agroecológico, que también explicará la campaña #muestratumenú y el Manifiesto por una Compra Pública Saludable y Sostenible

A las 13.30 horas, ¿Qué son las variedades tradicionales? con La Troje, una asociación que siembra raíces, cultiva biodiversidad.

Mandala de mujer campesina, realizado con verduras y semillas

Venta directa para apoyar el mundo rural y agropecuario

Son muchas las ciudades que han decidido apostar por ecomercados: Granada, Valladolid o Zaragoza, son solo algunos ejemplos. Los mercados de venta directa, que nos permiten comprar directamente los alimentos a quienes los han producido, son una realidad consolidada en muchos países europeos. En Italia, que tiene la mayor red de venta directa de agricultores, estos mercados de proximidad mueven 6.000 millones de euros al año y casi seis de cada diez italianos compran directamente de los agricultores productos locales, según explica Agroinformación.

El informe de la dirección EIP-Agri (Unión Europea), apunta algunas vías innovadoras para este tipo de iniciativas, que apoyan economías locales y permiten reconstruir la confianza y las relaciones entre consumidores y productores.

Los beneficios se extienden más allá de las mejoras económicas y el establecer relaciones más próximas entre producción y consumo. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en su página dedicada a los Canales Cortos, explica que permiten «contribuir a la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos».

Así que, este domingo, tenemos una cita con la agroecología y la economía solidaria, para reconectarnos con el mundo agrario y aprender qué podemos hacer para conseguir una alimentación más saludable, sostenible, que apoye proyectos productivos locales y esté enraizada en el territorio.