El Pacto de Milán, acuerdo que suscribió el Ayuntamiento de Madrid en 2015, habla de «asegurar comida sana y accesible a todos en un marco de acción basado en los derechos«. El derecho a una alimentación adecuada es un Derecho Humano reconocido internacionalmente y, aunque no haya quedado reflejado en nuestra Constitución, asegurarlo debería ser un objetivo básico de cualquier gobierno que se preocupe por el bienestar de la población. En el proceso de redacción de la estrategia alimentaria hemos dedicado varias sesiones en grupos de trabajo a analizar el problema en nuestra ciudad y plantear medidas que atajen la pobreza alimentaria.
De dónde partimos
No hay datos oficiales sobre pobreza alimentaria en Madrid, pero sí sabemos que en 2014 y según datos del ICV-INE, un 27,6% de la población de Madrid vivía en situación de riesgo de exclusión social. Como a veces nos cuesta darle significado a las cifras, vamos a traducirlas: Mira a tu alrededor, según las estadísticas una de cada tres personas con las que te cruzas por la calle, está en riesgo de exclusión, o tal vez eres tú… si es tu caso, ya sabes que no eres el único, ni la única. Las estadísticas también dicen que esa población en riesgo no se reparte por igual por todos los distritos, hay más en los del sur. También dicen las cifras que la población infantil presenta los mayores porcentajes de pobreza monetaria (34,5%), y sabemos que menores recursos económicos suelen ir asociados a peores condiciones materiales y peor alimentación.
El enfoque de derechos
Hay programas específicos que abordan el problema: el servicio municipal de reparto de comida a domicilio para mayores de 65 años sirvió cerca de 260.000 menús y atendió a casi 2.000 personas en 2015. Los comedores sociales de la Comunidad de Madrid proporcionan servicios diarios de desayuno, comida y/o cena, para personas que carecen de recursos. Otros comedores están vinculados a órdenes religiosas, hay bancos de alimentos y colectivos sociales que han organizado una red de despensas solidarias y comedores populares. Estudios de la Universidad Complutense de Madrid (Luis Nogués) hablan de 304 puntos de reparto de alimentos, que atienden a 150.000 personas.
En las mesas de trabajo de la estrategia, las ideas eran claras: «Ante un problema estructural, serían necesarias soluciones estructurales, integrales y con continuidad. Pero se siguen poniendo parches, con soluciones paternalistas que generan dependencias, lesionan la autoestima y cronifican la pobreza». Hay que cambiar el enfoque; el Pacto contra el Hambre, formalizado en 2015 por el Ayuntamiento de Madrid, pretende situar en la agenda política el problema de la malnutrición y la desnutrición. En la estrategia alimentaria trabajamos sobre varias ideas, contando con lo que ya ha avanzado el Plan Estratégico de Derechos humanos, que ha incorporado el tema de la alimentación y que está ahora definiendo su programa operativo.
Ideas para la estrategia alimentaria
Algunas ideas que se van perfilando para ser integradas en la estrategia alimentaria, que complementan políticas públicas existentes o muestran nuevas vías de acción:
- El derecho a la alimentación con modelos agroecológicos para la autonomía y la transformación social, superando el enfoque de “ayuda alimentaria” para adoptar un modelo agroecológico y solidario, con un sistema que no estigmatice a la población, que se base en alimentación sana y saludable, que genere autonomía y no cronifique la dependencia.
- Canales de donación y distribución de alimentos no cocinados, aprovechando los excedentes alimentarios para satisfacer necesidades de alimentación de la población con dificultades, en condiciones dignas. Ya existe un punto en Mercamadrid, se plantea contar con un plan de coordinación y acopio en otros puntos dentro de la ciudad.
- Revisión de las ayudas de emergencia social, para agilizarlas y defender ante la Comunidad de Madrid la necesidad de una renta mínima.
No son ideas que surgen de la nada… hay plataformas, entidades y colectivos que vienen trabajando en el tema desde hace mucho. Pudimos escucharlos y aprender en la II Conferencia de la Carta contra el Hambre. Han participado a su vez en los talleres de la estrategia y han contribuido a dar forma a lo que aquí explicamos.
Junto a estas propuestas, ha habido otras para promover la actividad económica ligada a una relocalización de los sistemas alimentarios, con capacitación y apoyo a nuevos empleos. Iremos infomando, pero avanzamos que se plantea que uno de los colectivos destinatarios preferentes del plan sea la población vulnerable, como vía de inserción laboral e inclusión social.