Empezamos este curso escolar presentándoos un cultivo que podremos disfrutar durante todo el otoño: la cebolla.

Conoce su historia, las variedades y sus beneficios para una alimentación saludable y sostenible.

La Cebolla (Allium cepa) es una planta bienal perteneciente a la familia de las amarilidáceas y ha sido consumida por el ser humano desde la antigüedad. Los historiadores aún no están seguros del origen de esta planta aunque sí coinciden en que proceda de Asia, probablemente de la zona del actual Irán. Las cebollas formaban parte de la dieta en la mayoría de las civilizaciones del Mediterráneo en la antigüedad: muchos escritores latinos y griegos nos cuentan de sus beneficios para la salud. Fueron los romanos que, a través de sus guerras de conquista, difundieron la cebolla por toda Europa. Durante la Edad Media se asentó como alimento básico en la dieta campesina mientras que la aristocracia europea la consideró una comida para pobres hasta después del Renacimiento. Sin embargo, en otras zonas del mundo la cebolla gozaba de más reconocimiento: en el Antiguo Egipto, todas las clases sociales consumían este alimento tanto crudo como cocinado; e incluso la utilizaban en las ofrendas a sus Dioses.

Hoy en día, la cebolla sigue siendo una de las fuentes de sabor para una innumerable cantidad de recetas. Son fáciles de cultivar y almacenar, y existen muchas variedades disponibles en el mercado: pueden variar en color, tamaño, forma y.. ¡sabor!

La cebolla se cultiva como planta anual cuando queremos aprovechar el bulbo (la parte de la planta que nos comemos): si la queremos consumar fresca, se cosecha cuando tienen un tamaño aceptable mientras que si las queremos conservar necesitamos secarlas al sol. Se conserva muy fácilmente al aguantar los bulbos varios meses antes de brotar nuevamente.

Las cebollas amarillas son las más comunes en Europa y con su fuerte sabor son ideales para cocinar (el sabor se potencia aún más en los cultivos de secano). Las cebollas rojas son menos comunes y se prestan muy bien a ser consumidas crudas porque tienen un sabor menos fuerte que el de sus hermanas amarillas. Las cebollas blancas se cosechan antes de que el bulbo sea completamente maduro y se pueden almacenar durante un tiempo más breve. Existen también otras variedades locales, como por ejemplo los calçots, una cebolla blanca tierna de Cataluña muy popular, o la cebolla roja de Tropea (en Italia). Otras cebollas, como la francesa o el cebollino, en realidad son especies distintas de la cebolla tradicional.

En cuanto a los beneficios, las cebollas presentan un alto contenido en agua y un bajo porcentaje de carbohidratos. En general, se considera un alimento antirreumático y sus beneficios dependen fundamentalmente de la abundancia de antioxidantes. Si las consumimos en cantidades elevadas, pueden tener efectos laxantes y diuréticos, aún más si las consumimos crudas.

Conoce más sobre éstos y otros beneficios descargándote el documento “La hortaliza del mes: Cebolla”, haciendo clic AQUÍ o en la imagen siguiente.

LA REDCETA

En esta ocasión, os proponemos una mermelada de cebolla roja para acompañar con un buen queso (de vaca, de oveja o vegano). Haz clic AQUÍ o en la imagen inferior, y accede a la receta de este mes.

¿Y vosotros/as? ¿Cómo consumís las cebollas que recolectáis en vuestro huerto? Animaros a compartir vuestra receta y mándanosla a redhuertoescolar@madrid.es. Descargad AQUÍ la plantilla, completadla y enviadla en un archivo PDF. En la imagen inferior podéis ver cómo descargar la plantilla.