Por fin llega la esperada huerta de verano.

Es el momento de cuidar una amplia y diversa variedad de cultivos como melones, berenjenas, calabacines, pimientos, calabazas, tomates, etc. Verlos crecer hasta la deseada recolecta y el disfrute que ello supone. Para que nuestros cultivos crezcan sanos y vigorosos durante el verano, es importante aplicar de forma regular algunas pautas de mantenimiento, las cuales favorecerán una cosecha de calidad. Algunas de estas labores no requieren tanta frecuencia, pero es importante realizarlas en el momento oportuno para que los cultivos prosperen saludablemente.


Acolchar el suelo

Tener el suelo cubierto nos ayuda a mantener la humedad en el suelo durante más tiempo. Esta práctica es conocida como acolchado. Consiste en aportar a la superficie del terreno, donde se encuentran los cultivos, materiales que retengan la humedad y contribuyan a enriquecer la tierra.

Para ello, podremos emplear las plantas presentes en el huerto, cuyo ciclo vegetativo haya finalizado (habas, acelgas, guisantes). Una vez hayamos recogido los frutos de las habas y guisantes (para comer o para simiente) podemos extraer las plantas, cortarlas en trozos y dejarlas encima de los bancales cubriendo la tierra, creando una capa de unos 5 cm. Durante el verano se irán descomponiendo y realizarán una doble función: protección y enriquecimiento del terreno. Esta operación la realizaremos tanto en los bancales donde vayamos a mantener cultivos durante el verano  como en los bancales sin cultivos. En este último caso, antes de colocar el acolchado, realizaremos un  riego copioso con manguera.

El acolchado ayudará a mantener la tierra de nuestro huerto protegida del intenso sol, conservar su actividad biológica y así poder volver a activar el huerto en septiembre con más facilidad. Podremos usar también para acolchar: hojas secas, paja, restos de siega o plantas silvestres. Si empleamos plantas silvestres, será importante evitar la presencia de  semillas o grama, si no queremos sembrar y propagar todo el huerto de dichas plantas silvestres.


Aporcamos cultivos como puerros, patatas, tomates,…

La técnica del aporcado, generará plantas más sanas, con un mejor crecimiento, obteniendo cultivos más productivos y de calidad. Esta labor agrícola consiste en arrimar y amontonar tierra junto a la base del tallo de la planta, generando un pequeño montículo o caballón si los cultivos se disponen en fila. Para ello, será necesario ayudarnos de una azada e ir incorporando la tierra según vaya creciendo el cultivo.

En función del tipo de planta, obtendremos diferentes beneficios. El aporcado en tomates, pimientos o berenjenas, fomenta el desarrollo de nuevas raíces en la planta, generando una mayor sujeción y absorción de elementos esenciales. A su vez, el aporcado en el cultivo de patatas permite generar mayor cantidad de tubérculos. En el caso de los espárragos, puerros o apio, esta técnica promueve el blanqueamiento de ciertas partes de la planta al estar protegida del sol directo, generando una hortaliza de sabor más suave y textura más tierna.


Tutorado de cultivos

Una de las labores de mantenimiento más tediosas en la huerta de verano es el tutorado. Procederemos a realizar esta labor en aquellas plantas hortícolas que requieran de un punto de apoyo para trepar o punto de sujeción para evitar la caída de la planta por el propio peso del fruto y por tanto, evitar el contacto de estos con el terreno.

Para tutorar algunas plantas hortícolas, como judías o tomateras, será necesario emplear palos, cañas, enrejados o celosías que clavaremos en el suelo, próximos a la planta (procurando no dañar las raíces). Con ayuda de cuerdas, hilo vegetal o bridas, realizaremos ataduras de las ramas o tallos a la estructura anclada, evitando presionar o causar daños a la planta, cuyas heridas favorecerán la presencia de hongos u otros patógenos.

Existen diferentes métodos de tutorar los cultivos según las necesidades de la planta. Por un lado, encontramos el tutorado en Caballete. Consiste en ubicar pares de cañas próximas a las plantas. Una vez ancladas al terreno, se inclinan por pares para unir sus vértices y generar una V invertida. A través de cuerdas o hilo vegetal se procede a su atado. Posteriormente, se coloca una caña paralela al suelo apoyando en la unión de los vértices pares, atando y tensando de nuevo la estructura. De esta forma conseguiremos dar mayor estabilidad al tutor generado.

Este sistema permite dar apoyo a cultivos cuyo porte y peso del fruto pueda tumbar a la propia planta (tomates, berenjenas, pimientos).

Otro sistema de tutorado, es el enrejado o en espaldera. Este tipo, es muy útil en plantas trepadoras como el pepino, judías o guisantes. Consiste en intercalar entre el cultivo una línea de cañas unidas mediante cuerda, hilo vegetal o bien utilizar una red, malla plástica o metálica. De esta  forma, las plantas a través de los zarcillos generados (tallos especializados para trepar), podrán  ir ascendiendo por la estructura facilitada.


Destellado o poda de brotes y chupones

La labor de poda se suele realizar en algunos cultivos de crecimiento indeterminado. De esta forma, controlamos la formación de la planta, facilitamos una correcta aireación e iluminación del interior de la mata, favorecemos la presencia de flores y redirigimos los recursos en la planta si eliminamos hojas y frutos enfermos o frutos abortados.

Es habitual utilizar esta técnica en el cultivo de tomates. Del tallo/rama principal brotan las hojas y entre las hojas y la rama principal, surgen nuevos brotes. Si no despuntamos estos brotes, crecerán con la misma importancia que la rama principal, ocasionando una planta muy tupida, dificultando la aireación y aumentando las posibilidades de enfermar. A su vez, las ramas  competirán por la luz y los recursos del suelo, generando frutos muy poco desarrollados. Es recomendable ir eliminando estos brotes que aparecen entre hojas y tallo principal. Para ello, emprenderemos la poda en condiciones de humedad bajas, ayudándonos de nuestros dedos, cuando el brote alcance aproximadamente los 5 centímetros.

La poda hortícola también se suele realizar en la familia de las cucurbitáceas (sandía, melón, pepino, calabaza). Es bastante recomendable si pretendemos sacar el máximo rendimiento al cultivo. En función del tipo de planta, podemos emplear diferentes métodos de poda. Por norma general, en cucurbitáceas se suele realizar el despuente del tallo principal a la altura del tercer y quinto nudo, generando la ramificación de la planta. Pero dependiendo de si el cultivo es  sandía, melón, pepino o calabaza, procederemos a realizar un tipo de poda en concreto.


Observación y seguimiento de posibles plagas o enfermedades

Con la llegada del verano, nos encontramos con diferentes animales cuya presencia en el huerto no siempre será de nuestro agrado. Deberemos aprender a convivir con ellos y observar cómo se van desarrollando. Es importante evitar que puedan convertirse en plaga, generando graves daños en el huerto. Para ello, tendremos que poner atención a los nuevos brotes y partes tiernas de las plantas, así como controlar su presencia a través de preparados de ortiga, cola de caballo o ajo. Estos y otros preparados, nos ayudarán a fortalecer los cultivos o repeler y combatir las posibles plagas/enfermedades presentes en el huerto. A su vez, la presencia de plantas aromáticas y/o bandas florales en el huerto, nos ayudarán a reducir la existencia de determinada fauna no deseada en la huerta. Ejemplo de ello es el caso de la presencia de tagetes como nematicida o la presencia de albahaca  como insecticida.

Puedes consultar nuestra entrada sobre la salud del huerto.