Dice el refrán “mejor prevenir que curar”

El huerto escolar es un ecosistema, y por tanto tiene que tener todos los elementos que lo componen para estar en equilibrio. Si potenciamos y mantenemos la diversidad, el huerto funcionará sin dar cabida a plagas, enfermedades y otros desequilibrios. Para mejorar la salud del huerto escolar es importante:

  • Manejo orgánico del suelo: uso de abonos naturales (compost, humus de lombriz), acolchado, mínima perturbación mecánica del suelo… La salud de nuestro huerto empieza en su suelo.
  • Buenas técnicas culturales: respetar los calendarios de cultivos y los marcos de plantación, realizar un riego adecuado o utilizar bioestimulantes como extracto fermentado de ortiga o diente de león, infusión de manzanilla o decocción de cola de caballo. Como acción preventiva, fortaleceremos las plantas por inducción de sus defensas naturales, protegiéndolas de las enfermedades y plagas de insectos o ácaros. Además, un aporte moderado de extractos vegetales como complemento al aporte normal de nutrientes, se traduce en un mejor crecimiento. Podéis descargaros las recetas de estos tratamientos bioestimulantes, que podréis realizar con el alumnado, pinchando aquí.
  • Diversificar el hábitat:
    • Rotación y asociaciones de cultivos.
    • Semillas adaptadas a nuestra climatología: variedades locales.
    • Bandas florales y setos vivos. Debemos favorecer la presencia de flores de silvestres, conocidas de forma errónea como malas hierbas. Sirven de refugio y alimento a insectos auxiliares y polinizadores del huerto como las mariquitas o sírfidos, cuyas larvas se alimentan de pulgones, o chinches depredadoras de moscas blancas, entre otros. Es ideal que las plantas silvestres o bandas florales cubran aproximadamente el 5% del espacio dedicado al huerto escolar. En el caso de las plantas silvestres se recomienda dejar un cinturón alrededor del huerto escolar, fuera de los bancales. Pero también podemos crear bandas florales de plantas aromáticas u ornamentales, las plantaremos formando setos de una anchura aproximada de un metro alrededor del huerto (norte, este y oeste), dando prioridad a aquellas especies que aguanten varios años en el lugar elegido (romero, lavanda, salvia, ajenjo…). En las esquinas dentro de los bancales, podremos plantar plantas aromáticas o de flor de pequeño porte como las caléndulas/margaritas del cabo, manzanillas, orégano o tomillo. Es importante no introducir plantas invasoras como la menta, hierbabuena o melisa en los bancales, es mejor situarlas fuera de estos, o en macetas-jardineras.

Si diversificamos el hábitat y utilizamos buenas técnicas culturales, fomentaremos una buena salud del huerto escolar, consiguiendo tener una menor presencia de plagas y enfermedades en primavera y verano, las cuales en la mayoría de los casos son frutos del desequilibrio del ecosistema.

En un huerto en desequilibrio podemos encontrarnos plagas como los pulgones en las habas (Aphis fabae) que puede afectar también a otras plantas del huerto escolar como tomates, pimientos o pepinos. Este pulgón se instala en los extremos de los brotes formando colonias de individuos que se alimentan succionando la savia de la planta. El adulto es de color negro grisáceo con estrías blancas. Se dispersan mediante generaciones de individuos alados que aparecen cuando la población de sus colonias se satura. Podemos aplicar medidas preventivas y tratamientos, como:

  • Introducir plantas insectario en floración, reservorio de enemigos naturales (crisopas, mariquitas, sírfidos, Aphidius…) Plantas compuestas (caléndula, milenrama, manzanilla, ajenjo, diente de león), labiadas (romero, tomillo, lavanda, salvia), o leguminosas (tréboles, veza, alfalfa). Pinchar aquí para descargar un manual para diferenciar las principales especies de pulgón y sus animales depredadores.

  • Evitar el exceso de abono nitrogenado y riego.

  • Detectar la llegada de individuos alados con trampas de placas adhesivas amarillas. Estas trampas las podéis elaborar con el alumnado de forma casera con cartulina o plástico o goma eva amarilla de 5×5 cm o 10×10 cm, untada con miel.

  • Realizar tratamientos de agua jabonosa o maceración de ajo. A continuación os facilitamos las recetas de ambos preparados:

¡ANIMAROS A FAVORECER LA BIODIVERSIDAD EN VUESTROS HUERTOS ESCOLARES PARA MANTENER EL PULGÓN A RAYA!