Para mantener o incentivar la fertilidad del suelo podemos recurrir a varias estrategias que podemos realizar con nuestro alumnado:

  • Rotación de cultivos: se trata de evitar repetir el mismo cultivo, de la misma familia botánica o mismas necesidades nutritivas en la misma parcela de forma consecutiva, evitando el cansancio del suelo y la aparición de enfermedades en los cultivos.  Para ello tendremos que suceder plantas en el bancal de cultivo con diferentes tipos de vegetación (hortalizas de fruto/flor, hoja, raíz), de diferente familia botánica y añadir a la rotación el cultivo de leguminosas. Podéis descargaros un ejemplo de rotación de cultivos para seis bancales pinchando aquí.

  • Mínima perturbación mecánica del suelo. No voltear los horizontes del suelo. Utilizar layas para mullir y airear, sin voltear los horizontes del suelo.


  • Aportación de abonos ORGÁNICOS: compost, humus de lombriz, abonos verdes. Ayudaran a mejorar las características del suelo y su estructura haciéndolo más permeable al agua y al aire, además activan y recuperan los microrganismos implicados en el ciclo de los nutrientes del suelo. Incorporemos el compost o humus de lombriz después del mullir y airear el suelo, incorporándolo en superficie y removiéndolo con los primeros centímetros de la tierra. Podéis aprender a realizar compost y humus de lombriz en nuestras charlas online y talleres presenciales.

  • Abonos verdes: poseen varias ventajas: son poco exigentes en agua y minerales, presentan fácil germinación, rápido crecimiento y producen mucha biomasa que servirá de alimento a los microorganismos del suelo. Los sembraremos en los bancales que no vayamos a cultivar en otoño-invierno. En estas fechas podemos sembrar lentejas (15gr/m2), veza (15 gr/m2) y centeno (12 gr/m2). Para ello reiteraremos los cultivos de la temporada anterior, mulliremos el suelo de forma superficial, mezclaremos las semillas que vayamos a utilizar con un poco de compost o sustrato y las sembraremos a voleo. Haremos varias pasadas de rastrillo para enterrar las semillas y regamos con regadera. Con las lluvias otoñales el cultivo ira creciendo, en primavera cuando se inicie la floración arrancamos las plantas, las cortamos con tijeras en trozos pequeños y la dejaremos acolchando el suelo durante 1-2 semanas. Después se incorporan superficialmente al suelo ayudándonos con un horca o laya, y  ya podemos plantar (la presencia de materia vegetal en la superficie de la tierra hace que las siembras resulten delicadas). Lo ideal es plantar cultivos exigentes como los tomates, pimientos o berenjenas.

  • Mantener el suelo siempre en el punto de tempero y protegido: En estos momentos, en nuestras huertas tenemos cultivos que ya están finalizando su ciclo (tomates, berenjenas, pimientos…) podemos quitar las plantas, cortarlas en trozos pequeños y dejarlas encima de los bancales tapadas con una fina capa de hojas, creando una capa de unos 5-15 cm. Durante el otoño-invierno se irá descomponiendo y realizará una doble función de protección y alimento para la tierra.  Esta operación la realizaremos en los bancales que vayamos a dejar vacíos. En los bancales que vayamos a cultivar en otoño-invierno, crearemos un manto protector con hojas secas que recogeremos del patio con el alumnado (no usar hojas de eucalipto, pino o arizonica)  o paja alrededor de los cultivos de unos 5 cm. de espesor (no colocar encima de las zonas donde hayamos sembrados hasta que hayan germinado), que ayudará a mantener una temperatura constante del suelo, disminuirá la pérdida de nutrientes por lixiviación al amortiguar el impacto de la lluvia y protegerá la vida del suelo.