Calabacín (Cucurbita pepo)

Familia: Cucurbitáceas

Con la primavera no sólo llega la manga corta, el calor y las flores, sino que también vienen las «estrellas del huerto»… ¡los cultivos de verano! Esos que llenan nuestras despensas y nuestros estómagos de ricos platos como el gazpacho y jugosas frutas como las fresas, la sandía o el melón.

Pero antes de poder comérnoslas, tenemos que cultivarlas y cuidarlas durante meses y protegerlas de las plagas para cosechar los ricos frutos tras meses de esfuerzo. ¡Y para eso es importante conocer bien estos cultivos!

 

¿Qué sabemos del calabacín? Esta hortaliza presenta un origen incierto: algunos estudios posicionan su origen en Asia, mientras que otros atribuyen su origen a la América precolombina, en la región de México, siendo introducida en Europa posteriormente.

 

El calabacín es una planta anual de porte rastrero, es decir, que crece a ras de suelo ocupando amplias extensiones. Tanto sus hojas como sus flores, de las cuales luego obtendremos los calabacines, alcanzan grandes tamaños. De hecho, una curiosidad… ¡las flores de los calabacines son comestibles y un manjar esquisito! (Aquí os dejamos algunas recetas)

 

Si queremos tener calabacines en nuestro huerto, tendremos que tener en cuenta algunas cosas:

  • Su siembra ha de darse preferentemente en semilleros bien protegidos de las heladas y con aportes rigurosos de agua a finales del invierno, para poder realizar su trasplante al huerto a mediados de primavera, entre los meses de abril y mayo. Sino, también podemos optar por sembrar sus semillas directamente en el huerto a mediados de primavera, aunque para ello, habrá que tener especial cuidado con que no se la coman lo pájaros o los insectos y que no se hiele por la noche.
  • Al ser plantas de gran tamaño, van a necesitar bastante espacio (un marco de plantación de unos 80 cm entre planta y planta y de 1 metro entre filas para desarrollarse adecuadamente). No son plantas que suelan entutorarse, aunque si queremos aprovechar mejor el espacio o nuestro huerto es pequeño, podemos guiar su crecimiento de forma vertical de la siguiente manera → pincha aquí!.
  • Además sus flores son unisexuales, esto quiere decir que tiene en la misma planta flores masculinas y femeninas. A veces, estas flores no se abren al mismo tiempo, por lo que puede haber problemas de polinización y no consigamos tener calabacines. Seguro que muchas veces os habéis ilusionado viendo el «comienzo del calabacín», con la posterior decepción cuando este se marchita… En realidad esto ocurre porque no ha habido una polinización efectiva (vídeo).

 

 

 

Para evitar esto hay que poner mínimo dos plantas de calabacin en el huerto, y a veces actuar como polinizadores (con un pincel, por ejemplo). Una interesante actividad por ejemplo, es aprender a identificar las fores masculinas y femeninas del calabacín. Os recomendamos este vídeo del gran Toni, para aprender a diferenciarlas.

 

 

El calabacín es una planta sencilla de mantener, ya que sólo necesita aportes de agua frecuentes y una tierra rica en nutrientes, sobre todo en nitrógeno. Eso sí, hay que tener cuidado con la humedad excesiva en las hojas, porque con el calor es muy facil que aparezcan hongos. De hecho lo más normal es que aparezca en sus hojas un h0ngo muy habitual llamado oídio, que tiene el aspecto de una pelusilla blanca. Es bueno de vez en cuando hacer una poda de las hojas más viejas (las inferiores) con el objetivo de facilitar la aireación de la planta.

 

Así que antes de trasplantar nuestras plantas, no está de más hacer un aporte de abono, y durante su crecimiento, aplicar algún fertilizante líquido (ejemplos de fertilizantes caseros 1 y 2 ) que ayude a nuestras plantas a desarrollarse y para formar carnosos y ricos  frutos.