Helianthus annuus

El girasol es una dicotiledónea anual de la familia de las compuestas (también llamadas asteráceas Asteraceae).

Esta familia es muy interesante a nivel ecológico, por su gran diversidad. Se llaman así porque lo que nosotros consideramos una flor, en realidad son muchas flores especializadas juntas, lo que recibe el nombre de inflorescencia.

 

El girasol es uno de los cultivos más extendidos en España, en su mayoría en Andalucía. También es uno de los cultivos más extendidos en el mundo, para la producción de aceite.

El girasol es originario de América, los españoles lo trajeron tras sus viajes al «nuevo continente», donde se cultivaba desde 3000 a.C. y muchas tribus  lo veneraban entonces como representación del dios solar. Para saber más.

Su heliotropismo (movimiento siguiendo al sol) se explicó a traves de la mitología griega con un interesante mito, que puede ayudarnos a reflexionar sobre el amor romántico.

«Cuenta la leyenda que una joven ninfa del agua Clytie hija del dios Océano y de la diosa del mar Tetis se enamoró locamente del dios de la luz y el sol, Apolo. Su amor era tan profundo que todos los días seguía su recorrido, desde que Apolo salía de su palacio por la mañana hasta que llegaba al atardecer por el oeste.
Día tras día Clytie seguía los pasos de su amado con los ojos llenos de amor, hasta que ella empezó a olvidarse de comer y de beber… A pesar de que Clytie estuviera enamoradísima de Apolo, nunca recibió respuestas sobre si él sentía lo mismo y los días fueron pasando. Poco a poco Clytie comenzó a echar raíces hasta acabar convertida en una bella flor, un girasol. Una flor que, aún hoy, no olvida nunca lo que quiere y sus hojas doradas continúan siguiendo al sol.» Fuente.

El girasol es una planta herbácea anual, que se siembra directamente en la tierra a partir de abril-mayo, aunque se puede adelantar su cultivo haciendo semilleros desde febrero-marzo. Le gustan los suelos tirando a arenosos y ricos en materia orgánica. Para que el fruto crezca y se desarrolle correctamente, es recomendable que esté bien regado, aunque se adapta bien a las condiciones de escasez de agua, de hecho es un cultivo de secano. Para su floración y maduración de la flor necesita temperaturas elevadas.

Así se recolecta a gran escala, cuando los girasoles comienzan a secarse y «dejan de buscar al sol».