Mucho antes de que nuestros antepasados decidiesen abandonar el nomadismo y establecerse en territorios, antes de convertirse en agricultores a través de la domesticación de las plantas productoras, procuraban su sustento, sus medicinas y multitud de recursos para su vida cotidiana siguiendo un modelo de cazadores-recolectores que les obligaba a desplazarse para seguir los ciclos vitales de sus presas o de las plantas de las que dependían para su existencia.
La necesidad de obtener una estabilidad y seguridad nos ha llevado a querer domesticar y controlar el entorno, seleccionando para ello las especies vegetales de mayor rendimiento (entre otros motivos) no siendo conscientes de la pérdida de biodiversidad o la pérdida de riqueza genética que atesoran las variedades cultivadas tradicionalmente. Este hecho se agrava con la pérdida cultural que supone olvidar los conocimientos que generación tras generación han sabido trasmitir los hombres y las mujeres de nuestros pueblos sobre las plantas y la multitud de usos que estas atesoran.
Desde el CIEA El Huerto del Retiro queremos contribuir para que estos saberes populares no se pierdan. Para ello, esta semana os hablaremos de la verdolaga. Originaria de la regiones subtropicales y tropicales del Viejo Mundo y frecuentemente asilvestrada en jardines, taludes, escombreras y huertas. Muy abundante por estas fechas.
Verdolaga no te extiendas, recogete un poquito que la huerta no es tan grande ni el hortelano tan rico.
La Portulaca oleracea, posee tallos lo suficientemente tiernos como para poder cogerlos y consumirlos, con las hojas, durante toda la vida de la planta (primavera-otoño).
Contiene más ácido graso omega-3 que cualquier otro vegetal, además de ser rica en vitaminas y minerales. Tiene propiedades diuréticas, depurativas, calmantes y antiinflamatorias.
Si quieres conocer más sobre la verdolaga te invitamos a seguir leyendo, a salir a la huerta y recolectarla y por qué no, degustarla con la receta propuesta.