Ya en la época del antiguo Egipto, los faraones profesaban una particular predilección por esta especia, que elegían para ser embalsamados. En la Persia antigua ya se utilizaban para teñir tejidos y como perfume y desodorante. En la Grecia clásica se usaba para aromatizar atuendos y salones, y los árabes hicieron de ella un artículo de culto durante el Califato de Córdoba.

Se conocen unas 80 especies de azafranes silvestres en el mundo y la mayoría se distribuyen por el Mediterráneo y Asia Menor. Sólo en la península Ibérica y Baleares contamos con ocho especies distintas, que puedes encontrar en zonas de montaña y en prados abiertos; la mayoría tienen su floración en otoño.

Los bulbos de Cracus sativus se puede plantar desde finales de verano a principios de otoño (tras las primeras lluvias).

Agua de agosto, azafrán, miel y mosto

Una vez sembrados la floración tendrá lugar entre finales de octubre y mediados de noviembre; dependerá principalmente de cuándo se planta el bulbo y las condiciones climáticas que se dan posteriormente.

Si quieres conocer más sobre este cultivo: origen, principales usos, propiedades, como sembrarlo y conservarlos y principalmente como obtener nuestro propio “oro rojo”, te invitamos a seguir leyendo (pincha aquí).