No cabe duda, el proyecto de diseño y gestión que se está planteando para la futura biblioteca municipal de San Fermín es ya pionero en Madrid. En las jornadas «Pensando la gestión de la biblioteca de San Fermín» de este pasado fin de semana, a las que acudieron más de cerca de 100 personas entre las sesiones del viernes y el sábado, se pudo comprobar que, incluso sin muros ni puertas todavía instaladas, la asamblea de la biblioteca ya ha empezado a trabajar y a plantear actividades para el barrio.
Las jornadas comenzaron el viernes con una mesa de iniciativas y experiencias culturales que ocurren en el resto de España: la biblioteca Popular Josep Pons en Can Batlló (Barcelona), el espacio cultural municipal la Harinera (Zaragoza) y la Biblioteca Central de Salamanca en la conocida Casa de las Conchas. De mano de todas ellas pudimos conocer experiencias autogestionadas, mixtas o clásicas pero abiertas a la participación a la hora de gestionar los recursos públicos de los que se dispone. La necesidad de unas normas y estructuras de colaboración se compaginaba con la de romper con los límites administrativos de la institución y generar alianzas y redes de trabajo innovadoras, buscando todas ellas una suerte de gestión mixta virtuosa que asegure el funcionamiento horizontal y la participación.
Tras el descanso de media mañana, la jornada continuó con una segunda mesa, en la que tuvimos la ocasión de conocer de cerca las experiencias de espacios culturales de especial relevancia en Madrid; El Centro Social Seco, con más de 25 años de trayectoria, o Cinema Usera, espacio cultural vecinal emblemático del distrito. Muy interesante también fue conocer como la Biblioteca Eugenio Trías y la Librería Kirikú y la Bruja habían consolidado un original y especial trabajo colaborativo. Por la tarde se organizaron diferentes talleres. El objetivo de los mismos era la puesta en común de toda la información recabada en las mesas de la mañana y la elaboración de unas primeras propuestas, que se tratarían más profundamente en la siguiente jornada.
Ya el sábado, el reto era imaginar un plan de acción para esa biblioteca que todavía no tiene muros pero que ya quiere empezar a funcionar. De los distintos grupos de trabajo (comunicación, extensión, relación con otras entidades culturales y/o bibliotecas cercanas, memoria y jóvenes) salieron distintas propuestas que podrían empezar a implementarse desde ya mismo. Muchas de ellas, curiosamente, tenían que ver con abrir el concepto de biblioteca al barrio hasta el punto de que este se convierta en la biblioteca, con ideas tan sugerentes como la de un archivo infinito, recomendaciones de libros por vecinos y vecinas, creación de un catálogo por parte de estos con lo que tienen en sus propias casas o la realización de libros por parte de los más pequeños y pequeñas del distrito – sugerencia ésta hecha precisamente por una niña-.
Como se puede ver, creatividad e ingenio sobraban en estas jornadas a las que acudieron representantes de la Dirección General de Bibliotecas del Ayuntamiento de Madrid, la Junta de distrito de Usera, grupos políticos del barrio, asociaciones de vecinos, entidades de acción y creación cultural, etc. No dudamos que pronto podremos empezar a ver iniciativas para generar biblioteca incluso antes de que ésta se materialice sobre el solar, ese que ya alberga los sueños de muchos y de muchas.