Las lechugas y las escarolas son de las dos “imprescindibles” de nuestra huerta de invierno. En esta entrada os contamos algunas cuestiones prácticas para lograr una buena cosecha.

Lechuga

Nombre científico: Lactuca sativa

Familia:  Compositae

Escarola

Nombre científico: Cichorium endivia

Familia:  Asteraceae


Aunque su cultivo pueda aparentar ser de los más sencillos del huerto, vamos a investigar sobre algunas de las características y curiosidades de estas hortalizas para mejorar sus cuidados. Tanto lechugas como escarolas necesitan valores elevados de humedad en la tierra, y durante los meses de mayores temperaturas, conviene buscarles lugares semisombreados. Ambas necesitan tierras medianamente ricas en nutrientes y mullidas, guardando distancias de 20 a 30 cm entre cada pie de planta. La siembra la podemos hacer directamente sobre el suelo durante los meses de primavera y verano, aunque debido al pequeño tamaño de la semilla, lo más habitual es realizar semilleros y trasplantarlas a la tierra una vez superados los 10 cm de altura.


Las lechugas pueden aparecer en nuestro huerto durante todo el año, aunque son una de las compañeras más amistosas de uno de los cultivos típicos del invierno, como son las coles. Seguro que alguna vez has escuchado el refrán “entre col y col lechuga, verdad”. Son muy buenas compañeras de estos cultivos, ya que además de no competir por nutrientes, tampoco compiten por espacio, pues la recolecta de la lechuga se realiza semanas antes de que las coles den el “estirón” a principios de primavera.

 


Existen muchas variedades diferentes de lechuga, así que os animamos a que planteéis vuestros propio oasis de lechugas, y tras la cosecha, por ejemplo,  hagáis un concurso en el cole donde aprendáis a diferenciarlas por su nombre y sabor.  Algunas de las variedades que vais a encontrar son la lechuga beluga, la romana, la francesa o la lechuga batavia, hoja de roble, cada una de ellas con un período de desarrollo diferente, por lo que podemos plantarlas simultáneamente de manera que la recogida podamos hacerla escalonada.


Las escarolas presentan características y cuidados muy similares al de las lechugas, aunque su presencia en el huerto se reduce principalmente a las estaciones de otoño, invierno y principios de primavera, ya que no resisten bien las altas temperaturas. Al igual que sucede con las lechugas, podemos encontrar multitud de variedades de escarolas como la escarola blanca de cortar, la escarola grande común de Pancarieli, la gruesa común, la fina de verano o de Italia, la de Ruffec, la rizada fina de Ruán, etc.

En función a la variedad, es conveniente atender a algunas particularidades, sobre todo en las estaciones donde pueda haber heladas o temperaturas elevadas. En el caso de las heladas, es conveniente proteger a nuestras pequeñas lechugas con mini invernadero que podemos construir con los más pequeños utilizando materiales reciclados, mientras que durante el verano, tenemos que estar muy pendientes de que no les falte agua y de cosecharlas antes de que espiguen (sacar la flor), pues para entonces, sus hojas estarán demasiado amargas. A la hora de cosecharlas, podemos ir recogiendo de forma gradual las hojas más externas o bien esperar a que se desarrolle completamente y extraerla entera.

Conviene tener especial cuidado también con los excesos de humedad y de abonado, debido a que esto puede promover la aparición de plagas como el pulgón, los minadores o el caracol, así como la podedumbre de las hojas. Si encontramos caracoles en nuestro huerto del cole, podemos aprovechar para crear un pequeño hogar para caracoles donde colocarlos tras sacarlos de nuestros cultivos. En este espacio, podemos proporcionarles algunas hojas de lechuga y observar algunas de sus características como su forma de comer empleando su rádula o  su forma de desplazarse. ¿Por dónde respiran los caracoles? ¿Cómo se reproducen? ¿Cómo se defienden de sus depredadores? Estas son algunas cuestiones más sobre las que podéis investigar.


Ambos tipos de hortalizas, presentan propiedades nutritivas, y medicinales de tipo diurético o digestivo, por lo que incluirlas en la dieta de los y las más pequeñas para mejorar su salud y alimentación. Por ello, os proponemos que hagáis un concurso de ensaladas en el cole tras la cosecha con los diferentes tipos de lechuga que hayáis cosechado, utilizando plantas aromáticas para su aliñado o combinándolas con otras hortalizas indispensables de la huerta de invierno como las zanahorias, los rabanitos, acelgas, etc.