Una de las sorpresas que nos encontramos en la vuelta al cole son los girasoles listos para cosechar

 

Es recomendable ir vigilando los girasoles para ver como se van formando las pipas y se van secando, y para estar atentas/os a los pájaros del huerto: ¡van a estar muy muy pendientes para comerse las pipas! Podemos ponerles una bolsa, preferiblemente de papel, para protegerlo.

Es necesario esperar a que la planta termine de secarse en el bancal para poder extraer sus semillas.

Una vez se hayan secado todas las pipas, cortamos el girasol y podemos empezar a extraerlas. Si tenemos más de un girasol, también podemos colgar la “cabeza” del girasol en un borde del huerto, para que se coman las semillas los pájaros.

 


¿Sabías que?

La flor del girasol es en realidad una inflorescencia, formada por muchísimas pequeñas flores individuales con dos morfologías. Las flores del centro formarán las pipas. Y las del exterior son las que tienen los pétalos, acabarán secándose. Los girasoles adoran las matemáticas: su disposición sigue la frecuencia de Fibonacci, y dibujan una espiral perfecta, llamada “la espiral de Fermat”. La disposición de las flores/ pipas de los girasoles ha sido estudiada e imitada por los/as científicos para crear “girasoles fotovoltaicos” que proporcionan grandes cantidades de energía renovable.


Os recordamos esta entrada donde hablábamos del cultivo de esta espectacular planta, tanto para los polinizadores como para nuestros sentidos.