Nombre científico: Caléndula officinallis

Familia: Asteráceas

 

Seguro que habéis oído hablar más de una vez de esta flor, que acompaña de forma muy frecuente a nuestras hortalizas en el huerto.

 

La caléndula,  es una planta anual con flores con tonalidades amarillas y naranjas, se encuentra dentro de la categoría de “mejores plantas compañeras”, ya que tiene múltiples utilidades y propiedades beneficiosas, tanto para el huerto como para consumo.

 

Presenta algunos usos culinarios, ya que sus pétalos pueden ser consumidos en crudo en ensaladas, así como múltiples usos cosméticos, ya que se emplea para la elaboración de pomadas, aceites o bálsamos labiales, debido a sus propiedades antisépticas, antiinflamatorias y nutritivas. La elaboración de estos productos pueden servirnos para trabajar con los niños y las niñas sobre los usos cosméticos y medicinales de las plantas compañeras del huerto.

 

Pero además, la caléndula cumple una serie de funciones esenciales dentro del huerto entendido como un ecosistema. Es una planta muy interesante en el huerto, ya que florece durante todo el año proporcionando polen durante largos periodos, y es una de las principales plantas atrayentes de insectos beneficiosos para el huerto como las mariquitas.

 

La caléndula es una planta anual que florece entre los meses de junio y noviembre, adaptable a una gran variedad de tipo de suelos y climas, aunque tiene preferencia por suelos bien drenados y climas más cálidos, por lo que es conveniente disponerla en zonas soleadas y regarla con regularidad. Podemos sembrarla, tanto en semilleros durante las épocas más frías del año, como directamente sobre el terreno cuando las temperaturas comiencen a ascender durante la primavera.

 

Una de las propiedades más características de esta flor es su intenso aroma, incluso desagradable, que actúa como repelente de insectos plaga si se coloca en los márgenes de nuestros cultivos. Sus raíces profundas, además de colaborar en la aireación y estructuración del suelo, liberan un exudado que actúa como nematicida natural y protege a las raíces de nuestros cultivos del ataque de estos invertebrados que habitan en el subsuelo (más sobre los nemátodos en el huerto).

La recolección de las semillas de caléndula es muy sencilla, ya que estas adquieren un tamaño de hasta 2-3 cm. Simplemente hay que esperar a que sequen en la propia flor, para extraerlas con la mano, y, si disponemos de algunas lupas, podremos observar su particular forma.