Nombre científico: Foeniculum vulgare

El hinojo es la única especie del género Foeniculum, pero perteneciente a la familia de las umbelíferas, al igual que la zanahoria, el perejil o el apio.

Este otoño, al igual que el curso pasado, el hinojo se ha repartido entre el plantel que ha llegado a los centros desde el Ayuntamiento. No es un cultivo que sepamos cultivar normalmente, así que conviene saber algunas cosas…

El hinojo crece en algunos lugares de manera silvestre, aunque es cultivado por sus características aromáticas para su uso en gastronomía y como planta medicinal. Es una planta herbácea y bianual, es decir, si queremos obtener semillas tendremos que esperar dos «ciclos».

Al hinojo le gusta el sol, y hay que dejar una distancia de unos 30-40 cm entra cada planta. También le gustan los suelos con buen drenaje y mullidos. A las dos o tres semanas de trasplantarlo tendremos que ir aporcando el bulbo, para que éste quede tierno. Aunque le guste el sol, no le vienen bien los calores excesivos, por eso es un cultivo de otoño- invierno.

En gastronomía se utilizan los bulbos y los tallos. A partir de los dos meses y medio ya podemos comenzar a cosechar las hojas del hinojo, cortando con unas tijeras limpias el tallo desde la base de la planta. Estos tallos volverán a brotar, de la misma manera que lo hacen el perejil o el apio. De hecho, si cultivamos el hinojo para aprovechar el bulbo, es preferible cortar regularmente los tallos para favorecer su desarrollo (Para saber más). En el caso de querer aprovechar sus características medicinales, deberemos esperar a que salgan las semillas (y las flores se sequen del todo).

Además es una planta que atrae mariquitas, al igual que la caléndula, y sus flores atraen a multitud de polinizadores, por lo que será un interesante aliado en el huerto.