Seguro que conocéis a estos individuos y que muchas veces os traen “por el camino de la amargura”….
Los áfidos o pulgones son pequeños insectos chupópteros, que se alimentan de la savia de las plantas, de colores variados, sobre todo grises, verdes, amarillos o negros. Pueden o no tener alas, en una misma especie.
Al final del abdomen los áfidos presentan dos sifones, que apuntan hacia atrás o hacia arriba, por los que vierten sustancias que repelen a sus depredadores naturales. Además secretan un líquido azucarado por el ano, producto la digestión, que recibe el nombre de melaza. Los pulgones han co-evolucionado simbióticamente con las hormigas, que no solo los toleran sobre las plantas, sino que los protegen de sus depredadores especializados, como las mariquitas, a cambio de la secreción de esta melaza, que sirve de alimento a las hormigas.
Lo que realmente les gusta a los pulgones es el nitrógeno, por eso es habitual encontrarlos en las partes jóvenes de las plantes (brotes) que es donde la planta está enviando más cantidad de este elemento.
Aunque su presencia no debería alarmarnos (recordemos que el huerto es un ecosistema, y que sirven de alimento a otros muchos insectos beneficiosos), debemos ser precavidos/As por si su población aumenta en exceso… Una plaga de pulgón puede afectar gravemente nuestro huerto. Hay que saber tres cosas importantes sobre los pulgones
- Son pastoreados por las hormigas, por lo tanto, tendremos que estar atentos/as a los movimientos que estas hagan…
- El ciclo reproductivo/de vida del pulgón es bastante complejo, y una de sus características es que ante determinadas condiciones ambientales, las hembras son capaces de reproducirse sin la presencia de un macho, produciendo hembras iguales a la madre. Es la llamada partenogénesis. Esto, junto a la ayuda de las hormigas es lo que hace que se distribuyan tan rápidamente por nuestros cultivos….
- Uno de los problemas del pulgón, a parte de que puedan acaba desgastando en exceso a la planta, es que son transmisores de enfermedades (virus y hongos).
Para combatirlo siempre mejor prevenir…
¿Cómo? Favoreciendo la presencia de sus depredadores naturales como las mariquitas, las crisopas, sírfidos…
Además, siempre es bueno tener a mano ortiga, infusión de ajo o jabón.