Las charcas y los estanques escolares han demostrado ser un excelente recurso didáctico para conocer la naturaleza y la biodiversidad, así como para acercar la investigación en ecología a los centros.
¿Tienes una charca en tu cole o instituto y te gustaría darle más uso? ¿Llevas un tiempo dándole vueltas a comenzar un proyecto para construir una? ¡Adelante! Con ello colaborarás en la conservación de los anfibios, que se están viendo fuertemente amenazados por la destrucción de sus hábitats.
Una charca es una masa de agua estancada pequeña, con poca profundidad y sin estratificación del agua. Son puntos de agua en entornos naturales imprescindibles para los ciclos vitales de muchas especies y que, debido a los cambios de uso de suelo, son cada vez más escasos. Tienen importantes funciones a nivel ecológico: actúan como corredores ecológicos favoreciendo la conectividad entre poblaciones, actúan como reservorios de biodiversidad, y reportan numerosos beneficios a la sociedad (regulación del clima y de la escorrentía, mejora de la calidad del agua…).
Algunos centros están comenzado a incorporar estas charcas, tanto como espacio para la observación y el aprendizaje, como para favorecer la biodiversidad. Si quieres ubicar una charca en tu centro, lo ideal es que lo hagas en una vaguada natural, que tenga una fuente de agua cercana y que, si el terreno es muy permeable, coloques una lámina EPDM atóxica que lo impermeabilicen.
En la Red hay varios centros que tienen ya en marcha sus charcas:
Algunos consejos para cuidar la charca en otoño, ahora que la actividad biológica es más baja.
- Cubre la lámina de EDPM con una capa de tierra o arena de mínimo 5 cm para proteger la lámina y generar un sustrato útil para la vegetación.
- Asegúrate de que haya piedras grandes que permitan la entrada y salida de anfibios. Si tiene unas paredes muy verticales no podrán salir.
- Instala refugios para los anfibios con palos y tejas.
- Planta vegetación autóctona dentro y fuera del agua (macrófitos y helófitos- plantas acuáticas). La vegetación conforma un hábitat para insectos acuáticos (que son el alimento de los anfibios) y estabiliza el suelo. Además, cuanto más diversa sea la vegetación, más diversidad de hábitats habrá dentro de la charca, y será más probable que albergue una mayor biodiversidad. Hay que evitar la vegetación ornamental e intentar alcanzar un ecosistema lo más natural posible. En la guía de la Asociación Reforesta sobre construcción de charcas, nos dan algunas propuestas de especies vegetales que plantar (AQUÍ) y Ecoherencia nos dan alguna pautas sobre cuándo y cómo hacerlo (AQUÍ).
Además, si hay muy poca vegetación acuática y entra mucha materia orgánica, esos nutrientes en lugar de ser captados por macrófitos, lo toman algas de crecimiento rápido y proliferan en exceso…. De esta forma, se tiñe de verde el agua y dificultan que entre la luz y el desarrollo de plantas acuáticas. Es el proceso conocido como EUTROFIZACIÓN.
La huertina de Toni tiene un video que nos da algo de más información sobre qué plantas y cómo ponerlas en nuestra charca/estanque, lo podéis ver AQUÍ.
- Es importante que cada año se elimine parte de la vegetación que ha crecido si ha proliferado mucho porque se puede colmatar y favorecer la entrada de plantas terrestres que con el tiempo, hagan desaparecer la charca.
Pero además de todo esto, ¿qué podemos ver en otoño?
Podemos aprovechar para tomar muestras de agua de la charca, o de charcos temporales que haya en el patio del recreo y llevarlos a ver al microscopio. Seguramente podáis observar, algas verdes, microcrustáceos, diatomeas, rotíferos… La vida oculta en una gota de agua es asombrosa. También, podemos realizar un muestreo de macroinvertebrados, con una manga (como las que se usan para limpiar las piscinas), para observarlos en una bandeja con agua. O analizar las propiedades físico-químicas del agua….
Por último os animamos a visitar la web de la Red de Estanques Escolares del País Vasco (AQUÍ) y que buceéis entre sus propuestas y el trabajo educativo que realizan a partir de las charcas.