Aún a pesar de la gran nevada en Madrid, esperamos que algunas de vuestras cosechas aún sigan en pie, o que hayáis podido salvarlas tras los consejos que publicamos recientemente. El momento de la cosecha es unos de los mejores momentos del año, pues tras meses de trabajo, cuidado y espera, ¡llega la recompensa!
Seguro, que a la hora de cosechar, nos surgen algunas dudas… ¿Cuándo es el mejor momento? ¿Cómo cosecho cada tipo de cultivo? ¿Y si quiero extraer semillas? En este artículo, os dejamos algunas claves y recursos que os pueden servir de ayuda para responder a estas y otras preguntas sobre algunos de los cultivos más frecuentes en los coles, así que… ¡ahí va!
El período de cosecha de la huerta de invierno, variará en función al tiempo que cada planta haya estado en el huerto, si las heladas han frenado su crecimiento, o si algún otro factor ha podido modificar su ciclo de desarrollo. Por lo general, la cosecha de invierno suele recogerse entre finales de Febrero y finales de Abril, a excepción de los rabanitos, que se pueden ir cosechando en diferentes fases a lo largo del otoño y el invierno debido a su corto período de desarrollo. Además, es importante tener en cuenta qué parte de la planta nos sirve como alimento. En función de ello, seguiremos diferentes pautas.
- Cultivos de hoja: acelgas, espinacas, lechugas, escarola, borraja, cardo.
Muchos cultivos de hoja, como las acelgas, las espinacas o las lechugas, puede cosecharse de dos formas diferentes. O bien esperar a que la planta alcance su mayor tamaño y sacarla de raíz completa, o bien, ir extrayendo las hojas más maduras de forma progresiva. Si queremos obtener la planta al completo, tenemos que estar atentas a cosecharla antes de que las temperaturas suban de forma considerable durante los inicios de la primavera, para evitar que la planta se espigue, es decir, que saque el tallo floral, en cuyo caso podríamos extraer las semillas. En caso de querer ir extrayendo las hojas progresivamente, tendremos que coger con cautela aquellas hojas más maduras, que serás las exteriores. Aquí os dejamos un video sobre cómo hacer esta recolección progresiva (enlace).
- Cultivos de raíz: zanahorias, rábanos, rabanitos.
Dos de las aliadas en el huerto escolar son las zanahorias y los rabanitos, ambos sembrados a chorrillo directamente en el huerto. Uno de los factores a tener en cuenta a la hora de recolectar estas dos raíces tan coloridas es si hemos realizado o no clareado en algún momento del proceso de desarrollo. ¿A qué nos referimos? Nos referimos a eliminar algunas plantas de la tierra en sus primeras semanas de desarrollo, cuando aún están entre los 10 y
los 20 cm de altura, de cara a poder ampliar el espacio de crecimiento para aquellas raíces que sí mantendremos en la tierra. En caso de haber llevado a cabo ese clareo, la cosecha será sencilla: nos basaremos en la altura y tamaño de las hojas, que, en el caso de las zanahorias será de unos 30-40cm, y sobre todo, en si las raíces comienzan a asomar bajo la tierra (enlace). Cuando las raíces comiencen a asomar, podremos ir sacando las zanahorias y los rabanitos de forma escalonada. En caso de no haber clareado, lo que ocurrirá es que, a la hora de cosechar, nos encontraremos con zanahorias y rabanitos muy pequeños, debido a la falta de espacio bajo tierra para su ensanchamiento.
- Cultivos de fruto en forma de vaina: guisantes y habas.
En el caso de guisantes y habas, las leguminosas protagonistas de los huertos escolares en otoño e invierno, lo que nos sirve de alimento son, tanto las vainas, como las semillas. A mediados de invierno y hasta principios de primavera, tanto guisantes como habas sacarán unas flores muy bonitas en forma de mariposa, llamadas flores papilonáceas. Cuando estas flores hayan sido fecundadas, se irán formando progresivamente las vainas, esos frutos alargados en cuyo interior se encuentras las semillas, que serán las habas y los guisantes. En caso de querer alimentarnos de la vaina, cosecharemos las vainas cuando las semillas aun no hayan engrosado mucho y la vaina aún esté poco madura. En caso de querer cosecharlas con la finalidad de alimentarnos de las semillas aun tiernas, esperaremos a que las vainas alcancen tamaños mayores (superiores a los 20 cm) y las semillas hayan engrosado lo suficiente, lo cual podremos notarlo por el relieve que adquiere la vaina (enlace).Tanto las plantas de guisante como las plantas de habas, adquieren pesos elevados en el proceso de formación de los frutos, por lo que habrá que estar atentos y atentas para entutorarlo en el caso que sea necesario e ir cosechando progresivamente los frutos. Si queremos obtener las semillas para guardarlas de cara a próximas siembras, tendremos que dejar madurar por completo la vaina en la planta hasta que se seque. Las semillas estarán totalmente formadas y deshidratadas en ese momento, lo siendo aptas para su conservación.
- Cultivos de flor y hoja «familia de las coles»: coliflor, brócoli, col kale, repollo, coles de Bruselas, lombarda, etc.
Las coles son las grandes invitadas de nuestra huerta de invierno, y, probablemente, una de las hortalizas que más puede llamar la atención a los más pequeños, por las diferentes transformaciones que sufre a lo largo de su ciclo, y por los grandes tamaños que es capaz de alcanzar. A la hora de cosechar las coles, es importante tener en cuenta qué parte vamos a consumir. Por lo general, podremos separar la forma de cosechar en dos grandes grupos.
Tanto el repollo, como lombarda son ejemplos cuyas hojas son la parte que nos sirve de alimento. Por lo general, las coles tipo repollo suelen “avisarnos” de cuando están listas para la recolección por los grandes tamaños que adquieren sus hojas y por qué empiezan a formar una especie de cogollo duro en la parte central de la planta (enlace). En el caso de la cole kale, podremos ir cosechando las hojas de forma escalonada como veníamos haciendo con las lechigas, debido a que es una planta bianual, es decir, podrá seguir dando hojas durante dos años, que es cuando sacará el tallo floral (enlace).
En el caso de la coliflor o el brócoli, la parte que nos interesa atender es la inflorescencia justo antes de su floración cuando esté compacta. En el caso de la coliflor, esperaremos a que adquiera un tamaño aproximado de una pelota de balonmano y cuando sea así, podremos atar las hojas sobre la inflorescencia para permitir que den el último estirón, y a la vez se mantenga blanca (enlace). En el caso de brócoli, podremos ir cortando la base del tallo floral a medida que las inflorescencias vayan adquiriendo el tamaño adecuado y justo antes de que florezcan (enlace). En el caso de las coles de Bruselas, tendremos que atender al tallo principal, del cual irán saliendo pequeñas coles que si dejamos en la planta, darán lugar a los tallos florales. Para poder cosecharlas para consumirlas como alimento, deberemos esperar a que las coles estén compactas y cosecharlas antes de que se abran (enlace).
¡Esperamos vuestras fotos de la cosecha de invierno!