La polinización es uno de los eventos más importantes en la naturaleza, ya que de ella depende la reproducción de las plantas.

Más del 75% de los cultivos mundiales dependen de la acción directa o indirecta de los polinizadores.

Este proceso puede darse de diferentes maneras: polinización producida por el viento (anemófila), por el agua (hidrófila) o gracias a animales (zoófila). En este último caso, los polinizadores pueden ser abejas, mariposas, pájaros, polillas, escarabajos e incluso los murciélagos.

» En nuestro planeta hay más especies de abejas que de mamíferos, pájaros, reptiles y anfibios juntos.

De estas 20.000 especies, el 75% son solitarias.»

 

 

 

En la mayoría de las ocasiones, cuando pensamos en la polinización, pensamos en las abejas como máximas representantes de los «bichos» que se encargan de ella. Y normalmente, pensamos en las abejas sociales y la rica miel que producen mientras realizan la tarea de polinización. Sin embargo, existen las abejas solitarias, que tienen una importante labor en la polinización, y merece la pena conocerlas para aprender a distinguirlas y poder fomentar su presencia en los huertos escolares. De hecho, son las abejas solitarias, junto a abejorros y mariposas, las principales polinizadoras en nuestros huertos. Hoy por hoy, no se pueden instalar colmenas a menos de 400 m de cualquier núcleo urbano.

  • Abejas sociales: llamamos abejas sociales al conjunto de abejas que se organizan en torno a una colmena, en la que se dividen las tareas y funciones para el funcionamiento correcto de toda su estructura, y que está regulada por una única madre: la abeja reina. La colmena funciona como un «super organismo», en el que cada abeja tiene asignado un trabajo (búsqueda de alimento, alimentación de la reina, cuidado de las crías….). ¡En una colmena con buen estado de salud pueden llegar a vivir más de 50.000 abejas!
  • Abejas solitarias. Las abejas solitarias no se organizan en colmenas, y cada hembra es fértil (capaz de producir descendencia propia). para reproducirse, después del apareamiento, la hembra construye su nido con diferentes celdas, en las que irá depositando los huevos y las reservas de alimento necesario para que las larvas puedan sobrevivir durante su estado larvario. Dependiendo de la abeja, la forma o el lugar donde construya su nido será de una un otra forma. Por ejemplo, algunas hacen sus nidos en agujeros que encuentran en troncos o trozos de madera (por eso se ponen estos elementos en los hoteles de insectos).

    Hoy queremos hablaros de dos géneros de abejas solitarias que posiblemente veáis por vuestros huertos si prestáis un poco de atención.

    ¡GRACIAS A LAS MAMÁS DEL COLEGIO VEDRUNA POR ENVIARNOS VUESTRAS DUDAS Y FOTOS!

  • OSMIA. Es un género de abejas solitarias que ponen sus huevos en «tubos» hechos en madera, sobre una masa hecha de polen, néctar y saliva, y los van separando con tabiques de barro. Para poder hacer esta masa, que asegure la supervivencia de sus crías, la hembra necesita visitar muchas flores. Su aspecto es muy similar al de la abeja melífera.ANDRENA. Se trata de un género de abejas excavadoras, que construyen su nido en el suelo (con tendencia arenosa). El sistema para elaborar el nido es similar al del genero osmia, pero en este caso se trata de túneles excavados en el suelo. Pueden confundirse con avispillas excavadoras, pero basta con observar bien los ejemplares que salgan del nido, muy similares a cualquier otra abeja, aunque un poco más oscura y pequeña. Esta foto nos la han enviado desde el colegio Vedruna:

Compartimos algunos recursos interesantes:

  • Si queréis hacer una excursión para conocer más de cerca a las abejas, os recomendamos conocer el Aula Apícola de Hoyo de Manzanares. Enlace.
  • «Las abejas solitarias pueden mejorar la polinización de frutales». Vídeo CREAF.
  • Interesante blog en el que hay muchísima información y curiosidades sobre las abejas. Enlace.
  • Es hora de apreciar a los polinizadores. FAO.