Como ya os comentamos hace unas semanas, hoy se celebra el

Día Mundial por la reducción de las emisiones de CO2

El CO2 es un gas que, de forma natural, se presenta en la atmósfera como resultado de procesos tales como la respiración de los seres vivos, o procesos de descomposición de materia orgánica, entre otros. Sin embargo, con el aumento progresivo de la quema de carbón o el uso de combustibles fósiles para la obtención de energía, las cantidades de CO2 atmosféricos han ido aumentando de forma muy acusada en apenas unas décadas, como puede observarse en el gráfico (aquí algunos datos más).

 

 

Niveles de Concentración de CO2 en partes por millones (ppm) a nivel global. En rojo, la fluctuación estacional, y en negro, la media.

Fuente: National Oceanic and Atmospheric Administration.

 

Este aumento, sumado a su vez a la cada vez menor presencia de sumideros naturales de absorción de CO2, a consecuencia de la destrucción de hábitats, la deforestación y el incremento de las áreas urbanizadas a escala planetaria, está provocando una descompensación de la cantidad de CO2 emitida a la atmósfera con respecto a la cantidad de CO2 fijada por los seres vivos, como aquellos que realizan la fotosíntesis, entre otros.

 

La presencia de altas concentraciones CO2 atmosférico, no sólo afecta negativamente al funcionamiento del sistema respiratorio y cardiovascular de los seres vivos, incluídas las personas, sino que también altera el funcionamiento de los ecosistemas, participando en algunos fenómenos como el incremento del efecto invernadero (video explicativo) o la acidificación de los océanos (video explicativo).

 

La presencia de áreas renaturalizadas en las ciudades ciudades, actúa como un importante sumidero de CO2, por lo que su presencia contribuye en un pequeña proporción, a compensar las concentraciones atmosféricas de este gas. Por ello, los huertos escolares también cumplen funciones de regulación muy importante, actuando como núcleos de absorción de CO2 y emisión de O2. 

De esta manera, podemos aprovechar para hablar dentro del huerto de dicha problemática y si queremos centrarnos más en  las causas y consecuencias de las emisiones de CO2, podemos centrar el tema en la industria agroalimentaria, con preguntas tales como, ¿de dónde vienen nuestros alimentos? ¿qué diferencias hay entre consumir productos locales o alimentos kilométricos en relación a las emisiones de CO2? ¿deberíamos reducir nuestro consumo de carne para reducir las emisiones de CO2?

¿Qué tal elaborar un mapamundi en el que aparezcan los km que recorren algunos de nuestros alimentos más habituales?

 

Aquí os dejamos algunos recursos que podréis emplear para calcular las emisiones de CO2 de una cesta de la compra de productos de la industria agroalimentaria convencional: Calculadora  de CO2 (Amigos de la Tierra) y Mapa de procedencia de nuestros alimentos. Además de reflexionar sobre la emisiones de CO2 relacionadas con el transporte de los alimentos kilométricos, también convendría reflexionar con el grupo sobre otras fuentes de emisiones de CO2 resultado de la producción y consumo de alimentos como el envasado, la gestión de los residuos, el procesado industrial, etc.

Tras esto, podremos intentar elaborar una lista de acciones que podamos desarrollar en nuestro día a día que nos permitan reducir el consumo de alimentos con una elevada huella de carbono.

 

¿Quién se anima a contarnos lo que han hecho hoy en su centro?