Durante este curso el colegio público Francisco Fatou, del Distrito Villa de Vallecas, ha puesto en marcha un banco de tiempo, una estrategia que este año se ha introducido con carácter experimental y que, dados sus buenos resultados, en el siguiente año escolar es probable que se dé continuidad para todo el alumnado, incluyendo a niños que tienen alguna necesidad educativa especial, como el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Desde la Junta Municipal se está observando atentamente este proceso, con el objetivo de promover dicha iniciativa en el resto de centros educativos del distrito.

Casi al finalizar el curso escolar, este proyecto ha despertado mayor expectación entre la comunidad educativa ya que, en estos días, el colegio ha recibido la visita de dos periodistas japoneses, que han sido comisionados por el Centro de Investigación Educativa de Tokio y en el que colectivos ciudadanos y asociaciones de padres y madres analizan diferentes programas escolares, sobre todo, en el ámbito europeo, dado que hay un marcado interés por introducir cambios pedagógicos en el proceso educativo del país nipón.

Al margen de esta anécdota, el programa cumple con una rigurosa planificación de objetivos, basados en el principio de normalización educativa y de adecuación de las necesidades de los alumnos y alumnas. Además, cumple con otros propósitos para el resto de escolares que acuden al centro: introducir los valores más positivos de la sociedad, como son la solidaridad y la convivencia, con el objetivo de lograr una educación integral de las personas. Por añadidura, se fomentan actitudes responsables, promoviendo el voluntariado social.

trueque de habilidades
Se ofrecen y se solicitan habilidades como única moneda de cambio

La inteligencia múltiple como moneda de cambio

Este «banco» se basa principalmente en ofrecer las habilidades de cada persona, siendo la única moneda de cambio el tiempo invertido en enseñar a otro aquella tarea en la que se tenga más facilidad de ejecución. La innovación de este programa se basa en introducir la idea de que no hay escolares con discapacidad, sino que unos tienen más desarrollada una inteligencia que otros.

Esta perspectiva pedagógica se basa en el concepto de inteligencias múltiples, introducido por el psicólogo Howard Garner, quien defendió la idea de que cada persona tiende a desarrollar una inteligencia más que otra: material, tecnológica, emocional, etc.

El intercambio de tiempo en el colegio se produce en trozos de papel con forma de hoja, en la que en una mitad se oferta la habilidad desarrollada y, en la otra, la necesidad de lograr determinados conocimientos de una materia o actividad.

En estos momentos, el grupo de docentes del CEIP Francisco Fatou está trabajando con 5 alumnos diagnosticados de TEA. De forma estrechamente coordinada, desde el Aula Arco Iris se va preparando la adaptación de estos niños y niñas a las aulas normalizadas que, con el tiempo, se convertirán en sus clases de referencia.

Este programa, coordinado por la orientadora del centro, Maite Girón, se lleva a cabo por Gema y Olga en el aula y por Laura, Ivonne, Vanessa, Andrea y María Jesús, en las clases inclusivas. Si, finalmente, estos niños y niñas consiguen adaptarse a las enseñanzas del resto de sus compañeros, al margen de su propia superación, habrán cubierto las necesidades educativas especiales para el resto de alumnos que acuden a centros públicos de Villa de Vallecas.