La Gran Vía va a vivir a partir del año que viene una de las mayores transformaciones de su siglo de historia. En 2018 comenzarán unas obras con las que el Ayuntamiento de Madrid busca adecuarla al valor que madrileños y visitantes han decidido darle: un lugar de encuentro y paseo. De nuevo Madrid se suma a una tendencia que están adoptando otras grandes ciudades del mundo, como Nueva York, con la calle Broadway, o Londres, con Oxford Street, y actúa sobre la vía más emblemática de la ciudad para que el reparto de espacio entre peatones y vehículos sea más equilibrado y para agilizar transportes más sostenibles como buses y bicis.
El proyecto de remodelación de la Gran Vía se basa en criterios de orden que permiten dar más espacio a la movilidad peatonal, introducir la movilidad ciclista, mejorar la accesibilidad universal, dar respuesta a las labores de carga y descarga, asegurar el servicio a los hoteles, priorizar e impulsar el transporte público y mejorar la calidad del paisaje urbano.
Esto significa, en lo concreto, que se colocarán más pasos de peatones, más paradas de autobuses, más árboles y zonas ajardinadas; que habrá más bancos para sentarse a descansar y fuentes para beber; que se suprimirán barreras arquitectónicas y se añadirán semáforos para personas con diversidad funcional; que se renovará el alumbrado con tecnología LED, según criterios de eficiencia energética; y que se reordenará el mobiliario urbano y los quioscos para evitar impactos negativos en el paisaje.
La nueva Gran Vía volverá a ser un emblema, esta vez de un nuevo modelo de movilidad más sostenible y más respetuoso con la calidad de vida de las personas, que el Ayuntamiento de Madrid está abordando a través del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático. La premisa es que solo un cambio en las formas en que nos movemos por la ciudad podrá reducir de manera significativa los efectos negativos del tráfico privado (contaminación atmosférica y acústica, accidentes, impacto paisajístico, etc).
Las obras de Gran Vía se enmarcan en varias iniciativas para la transformación del viario urbano, algunas de las cuales ya han sido llevadas a cabo (aceras ensanchadas en Chueca, Malasaña, Lavapiés y La Latina, itinerarios ciclistas en Santa Engracia y bulevares…). Con ellas, el centro se convertirá en un Área “Cero Emisiones”, el tráfico privado quedará restringido a residentes y se eliminará el tráfico de paso. Se trata de crear un entorno más agradable, con menos ruido y menos contaminación.
Puedes consultar todas las medidas del Plan A en la web aire.madrid.es.