El siglo XIX supone para los Jardines del Buen Retiro un tiempo de cambios tanto físicos como contextuales que transformarán su futuro en los años venideros.  Tras un profundo punto de inflexión en 1808 con la llegada de las tropas francesas, los jardines serán remodelados planteando nuevos espacios e introduciendo diferentes ornamentos algunos de ellos cargados de carácter simbólico y propagandístico, pero no por ello de menor belleza acorde con el romanticismo de la época. Este es el caso de la Fuente de los Galápagos, conjunto escultórico del que os presentamos su historia.