Alguna vez te has parado a pensar… ¿Cuánta comida tienes en el frigorífico y en los armarios?, ¿Cuántos tipos de alimento hay en tu casa?, ¿Cuántos de ellos comes habitualmente?, ¿Cuántos tiras a la basura?… Si te pones a contar, las cifras seguramente te sorprenderían ya que en España unos 8 millones de toneladas van a la basura cada año

Si sobra tanta comida… ¿Cómo explicamos entonces que más de 800 millones de personas en el mundo están desnutridas? ¿Qué provoca esta desigualdad? Si tiramos mucha comida a la basura ¿será entonces que producimos demasiada?, ¿por qué no la compartimos con quienes no disponen de tantas cantidades de alimentos?

Esta exposición, que podrás visitar en el CIEA El Huerto del Retiro durante los meses de abril y mayo, analiza el papel de todos los agentes implicados en el complejo entramado alimenticio mundial: desde los productores y distribuidores a los consumidores de todos los rincones del planeta. Además muestra las enormes desigualdades que separan a unas personas de otras y aborda la necesidad de la defensa de la Soberanía alimentaria como pilar fundamental para alcanzar el desarrollo y la autonomía de los pueblos más vulnerables, a la vez que se hace una llamada a la actitud personal que todas las personas podemos tomar en las decisiones que hacemos en nuestro consumo diario, optando por una alternativa de consumo más justa y sostenible. 

Pero ¿Qué es la soberanía alimentaria? 

La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos a definir y controlar sus sistemas alimentarios y de producción de alimentos tanto a nivel local como nacional, de forma equitativa, soberana y respetuosa con el medio ambiente. La soberanía alimentaria también es el derecho de los pueblos a alimentos suficientes, nutritivos, saludables, producidos de forma ecológica y culturalmente adaptados. 

En un contexto urbano, esto significa la posibilidad de acceder a alimentos producidos local y regionalmente a través de canales cortos de comercialización, ecológicos, de gran biodiversidad y a pequeña escala, que vele por la tierra y las personas, construyendo puentes entre la gente y aquellos que producen sus alimentos. 

 ¿A qué riesgos se enfrenta la soberanía alimentaria?

Las crisis alimentaria, financiera y climática a las que nos enfrentamos están provocadas por el modelo actual que, en el contexto de la alimentación y la agricultura, tiene un carácter intensivo, a gran escala, liderado por multinacionales y altamente dependiente de insumos químicos. Los alimentos se han transformado en una mercancía importada y exportada alrededor del mundo. 

La utilización masiva de pesticidas, herbicidas y otros muchos productos químicos, la generalización de cultivos transgénicos, la proliferación de productos hiper-procesados y la adopción de hábitos de consumo poco saludables están empeorando nuestra calidad de vida, la de nuestro entorno y la de nuestros propios cuerpos. 

Mientras una parte del mundo muere, literalmente, de hambre, en la otra aumentan los casos de enfermedades cardiovasculares, de obesidad o incluso neurológicas, agravadas por una sobrealimentación cada vez menos saludable y natural. 

Y ante esto… ¿Qué alternativa hay?

Aunque la defensa de la soberanía alimentaria y la promoción de un modelo productivo u otro dependa, en gran medida, de grandes políticas internacionales, todos y cada uno de nosotros tenemos también mucho que decir. Somos quienes decidimos qué comer y, como consumidores, nuestro papel en la distribución de riquezas es esencial. Nuestras decisiones pueden inclinar la balanza hacia un lado u otro. Consumir productos locales, de temporada, reducir el envasado, dar prioridad a productos de comercio justo, comer de manera sana y equilibrada son algunas propuestas al alcance de todos para promover y fomentar el cambio. 

“Mucha gente pequeña, haciendo pequeñas cosas puede cambiar el mundo”