Exposición visitable hasta el 29 de septiembre

 

La Fundación Descubre y la Casa de la CienciaCSIC de Sevilla, en colaboración con la Estación Biológica de Doñana, el Museo del Mundo Marino y la Sociedad Andaluza para la Divulgación de la Ciencia, llaman a explorar uno de los más apasionantes temas de la ciencia moderna: las múltiples conexiones, dependencias y colaboraciones entre los millones de organismos que pueblan el planeta, desde microscópicas bacterias hasta los más grandes mamíferos, y que juntos ponen en marcha el gran engranaje que hace posible la vida en la Tierra.

La exposición surge con motivo del Año Internacional de la Biodiversidad, celebrado en 2010, y la declaración de 2011-2020 como Decenio de la Diversidad Biológica por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas. ‘Los Enlaces de la Vida’ gira en torno a este concepto joven que nace del seno de la comunidad científica ante la necesidad de abarcar e identificar en una palabra nueva todas y cada una de las dimensiones de la vida en la Tierra. Patrocinada por la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía, la muestra aborda temas como la importancia de la biodiversidad, en cuanto al funcionamiento de los ecosistemas y centrada en los bienes y servicios que aporta a la humanidad, sus principales amenazas, las consecuencias de su pérdida y las acciones generales que se están realizando para conservarla.

Aquí os adelantamos parte de los contenidos que se pueden ver en la exposición y en los materiales complementarios publicados en la Web de la Fundación Descubre como son la Guía de la Exposición, las Ficha Didáctica y el Webquest. Todo ello elaborado de manera complementaria para enriquecer la visita y ofrecer recursos para poder trabajar esta temática en un proceso formativo.

Biodiversidad es el número, variedad y variabilidad de organismos vivos que hay en la Tierra, incluido el ser humano, y la compleja red de relaciones que se establece con el ambiente donde viven. Se trata de un término joven que surgió en 1986 ante la necesidad de englobar en un único concepto la diversidad de la vida, e integra el conjunto de especies, genes, y ecosistemas, así como los procesos ecológicos que hacen posible su existencia y los procesos evolutivos que los han originado. La importancia de la biodiversidad reside en que cada uno de sus componentes cumple un papel clave para el adecuado funcionamiento de la vida en nuestro planeta, garantizando los servicios esenciales que los ecosistemas nos ofrecen. El agua, los alimentos, los medicamentos, la regulación del clima, la polinización o el control de riesgos naturales y enfermedades dependen de la conservación de la biodiversidad.

Sin embargo, la comunidad científica alerta de la situación dramática de la biodiversidad en el planeta. Desde la aparición del ser humano, el ritmo de extinción natural de especies ha aumentado hasta 1.000 veces, provocando lo que se denomina la sexta extinción, y solamente en los últimos 40 años la Tierra ha perdido casi un tercio de la vida silvestre.

Factores como la sobreexplotación de los recursos, la fragmentación y pérdida de hábitats naturales, la contaminación, la introducción de especies exóticas invasoras y el cambio climático son sus principales amenazas.

Estamos ante una crisis global de biodiversidad, pero todavía no es demasiado tarde para evitar los daños irreparables de su declive. Con esta web pretendemos acercar la biodiversidad de una forma accesible, amena y rigurosa. Te invitamos a que descubras esta compleja y maravillosa red que nos une y todo lo que podemos hacer para conservarla. La supervivencia de nuestro planeta depende de ella.

 

 

La biodiversidad garantiza el buen funcionamiento y el equilibrio de los ecosistemas. La desaparición de una especie puede afectar al equilibrio del ecosistema y por tanto modificar su funcionamiento. Si la especie que se pierde es una especie clave se puede producir una cascada de extinciones provocando un fallo de todo el ecosistema. Además, se pierden los servicios ecológicos que esa especie realiza, como, por ejemplo, la polinización de flores o la dispersión de las semillas de plantas. La biodiversidad ofrece un seguro frente a los cambios, de forma que el papel de una especie puede ser asimilado por otra para que el funcionamiento se mantenga adecuadamente.
La biodiversidad posibilita la regulación y participa en el ciclo de nutrientes y de agua que aporta las condiciones actuales que permiten la vida en el planeta (Ej. Sin seres vivos desaparecería prácticamente el oxígeno de la atmósfera). También la formación y retención de suelo, regulación del clima, la polinización o el control de riesgos naturales y enfermedades, etc. La biodiversidad posibilita distintos tipos de bienes y servicios: de abastecimiento, de regulación e inmateriales. Abastecimiento. Nos proporciona provisión de alimentos (cultivos, ganadería, pesca, acuicultura y alimentos silvestres), fibras para confeccionar ropa (algodón, cáñamo, seda, etc.), recursos forestales (madera, leña, etc.), recursos genéticos, medicamentos y agua potable.
La biodiversidad aporta una serie de bienes inmateriales fundamentales para el desarrollo personal y la calidad de vida del ser humano, como pueden ser la inspiración artística, científica y tecnológica, los valores estéticos y paisajísticos, la recreación y el ecoturismo, el enriquecimiento espiritual, etc.

 

 

Son cinco factores combinados de la acción humana y del modelo de desarrollo actual los que suponen las mayores amenazas para la biodiversidad: fragmentación y pérdida de hábitat, introducción de especies exóticas, cambio climático, contaminación y sobreexplotación de recursos. Todos ellos se ven agravados por otros factores menos evidentes como, por ejemplo, el crecimiento de la población humana.

 

Se produce principalmente en sistemas terrestres por transformación del hábitat para dedicarlo a uso agrícola y ganadero o industrial y urbano, así como para la construcción de carreteras, urbanizaciones o líneas de AVE. En los sistemas fluviales, para establecer sistemas de canales y presas para riego, asociadas a centrales hidroeléctricas o por la demanda excesiva de agua dulce. En los fondos marinos esta destrucción está fundamentalmente provocada por la pesca de arrastre, la urbanización de las costas o las industrias extractivas.

La destrucción del hábitat se traduce directamente en pérdida de biodiversidad y modificación de las condiciones que las especies requieren para vivir.

 

 

Explotar los recursos vivos ya sea para alimento, materiales o medicinas forma parte de la naturaleza humana y nos resulta imprescindible para subsistir. El problema surge cuando, por el aumento de nuestra demanda, sobreexplotamos las poblaciones de especies silvestres por encima de su capacidad de recuperarse, poniendo en riesgo su supervivencia.
La pesca, caza e industria maderera, seguido por el mercado de medicina tradicional y especies exóticas son las actividades que más contribuyen a la sobreexplotación de los recursos biológicos.

 

 

Además de la producida de forma accidental como los vertidos de petróleo, hay que resaltar el uso abusivo de fertilizantes en agricultura y el vertido de productos tóxicos procedentes de los plaguicidas utilizados en los cultivos, los desechos industriales o mineros y las aguas residuales. Se estima que más de la mitad de los fertilizantes empleados para aumentar el rendimiento de las cosechas se pierde yendo a parar al medio ambiente. Algunos de los efectos más habituales en los medios terrestres es la contaminación de los suelos por acumulación masiva de fertilizantes, que puede producir cambios en la biodiversidad al favorecer a las especies vegetales que necesitan más nutrientes y consecuentemente variar el tipo de fauna al modificarse el tipo de alimento
disponible. En los ecosistemas acuáticos la excesiva carga de nutrientes favorece la eutrofización de las aguas o incremento masivo de algas que agotan el oxígeno hasta límites que impiden sostener ninguna forma de vida.

La presencia de sustancias tóxicas en el medio hace que se acumulen en los tejidos de los organismos pudiendo resultar mortales. Estos efectos pueden ser peligrosos también para la salud humana. Se considera que la contaminación es la causa de la muerte de 13 millones de personas cada año en todo el mundo.

 

 

Es un hecho constatado por la comunidad científica que el aumento de casi 1º C de la temperatura media mundial desde la revolución industrial se ha producido por un incremento de la concentración en la atmósfera de gases efecto invernadero procedentes de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles.

Este aumento de temperatura ha provocado ya la mayor pérdida y deterioro de hielo ártico de la historia documentada que puede hacer desaparecer toda la biodiversidad asociada a este ecosistema. La variación del régimen de lluvias y temperaturas, que son factores clave para la distribución de las especies en el planeta, está provocando extinción de especies y cambios también en los ecosistemas. Los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad afectan al ser humano al traducirse en cambios en la agricultura, la pesca, la distribución o virulencia de enfermedades, la disponibilidad de agua, etc.

 

 

La introducción de especies en ecosistemas a los que no pertenecen provoca la extinción de especies nativas y la modificación de ecosistemas. Se ha visto amplificada en los últimos tiempos debido al aumento de la movilidad de personas y mercancías por todo el planeta.