El Día Internacional de los Bosques, también conocido como Día Mundial del Árbol o Día Forestal Mundial. Se celebra cada 21 de marzo coincidiendo con la entrada de la primavera en el hemisferio boreal y con la del otoño en el austral.

 

Su principal objetivo, es crear conciencia de la importancia de cuidar y preservar todas las áreas forestales del planeta y con ello la supervivencia de todas las especies.

En diciembre del 2012, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución para la declaración de esta efeméride. Aunque ya existía precedente, a través de una recomendación del Congreso Forestal Mundial que se celebró en Roma en 1969, y que fue aceptada por  la  Organización Mundial de la Salud para la Agricultura y la  Alimentación (FAO) en 1971.

Importancia de los Bosques

 

 

Los bosques son mucho más que madera. Suponen el hogar del 80% de la biodiversidad mundial y, por ello, su destrucción pone en peligro la supervivencia de muchas especies. Son uno de los principales sumideros de carbono, al absorber el dióxido de carbono (CO2) y fijarlo en forma de biomasa.  Regulan el ciclo del agua, recogen y almacenan este recurso y ayudan a evitar las inundaciones. Protegen los suelos, ayudan a controlar la erosión y a evitar derrumbes y deslizamientos. Contribuyen a regular el clima. Son la fuente de muchos recursos como madera, medicinas, alimentos, fibras y materiales de construcción. Contribuyen al equilibrio del oxígeno, del dióxido de carbono y de humedad en el aire. Protegen las cuencas hidrográficas que suministran el agua dulce a los ríos y son territorio de vida para las comunidades que los habitan, cuyas prácticas tradicionales de manejo pueden contribuir a la  conservación de estos bosques.

El bosque es formas y especies que no son solo para sí mismo sino para su ambiente.

Walt Whitman

Se ha demostrado ampliamente que los servicios ecosistémicos asociados a los bosques son múltiples y de gran importancia, siendo uno de los más destacables, su contribución a reducir los efectos del Cambio Climático, que ha pasado de estar en entredicho a ocupar las portadas de los medios con noticias cada vez más preocupantes sobre sus efectos.

De acuerdo con la FAO, los bosques contienen el 60% del carbono de la vegetación terrestre, siendo los ecosistemas forestales, el tipo de uso del suelo que contiene más carbono por unidad de superficie. Según el Banco Mundial, la deforestación representa hasta un 20% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global y, con ello al cambio climático, cifra similar a la generada por el sector del transporte.

 

 

Cada año desaparecen más de 13 millones de hectáreas de bosques en todo el mundo por diversas causas, todas ellas provocadas por los seres humanos como la sobreexplotación y la tala ilegal, la conversión a tierras agrícolas y ganaderas, la recolección insostenible de la madera, la gestión inadecuada de la tierra, la creación de asentamientos humanos, las explotaciones mineras y petrolíferas, la construcción de diversas infraestructuras como embalses y carreteras, la introducción de especies invasoras, los incendios forestales, la proliferación de los cultivos dedicados a agrocombustibles, la fragmentación de los ecosistemas, la contaminación atmosférica, etc.

Sin duda, merece la pena recordar en este Día Internacional de los Bosques la importancia de los bosques autóctonos, así como, el papel clave que juegan en la  lucha contra el cambio climático y para los recursos hídricos, ya que uno de sus efectos es la sequía, al ser estas masas forestales la principal vía de captación del agua de lluvia y la garantía de que este agua se almacena de forma correcta.

Una sociedad no es mejor que sus bosques

W.H. Auden

¿Para qué sirve un árbol?

 

 

Los árboles han fascinado a los seres humanos desde tiempos inmemoriales. Nos han proporcionado alimento, refugio, ropa e innumerables recursos que han sostenido a las sociedades desde los albores de la evolución humana.

Siempre se han considerado como un recurso natural que puede ser explotado para nuestro beneficio. Sin embargo, a parte de los muchos materiales que nos proporcionan, también desempeñan funciones extremadamente importantes que no son tan perceptibles para todos/as nosotros/as. Estas funciones se denominan «servicios del ecosistema».

Alguna vez ¿has caminado bajo su sombra? ¿has disfrutado de la biodiversidad que albergan? ¿has activado tus sentidos percibiendo todo aquello que nos ofrecen?

 

Los árboles

  • Producen oxígeno ¿Sabías que se estima que un solo árbol maduro y frondoso produce un suministro diario de oxígeno para entre 2 y 10 personas?
  • Limpian el aire actuando como purificadores.
  • Son excelentes termorreguladores naturales.
  • Secuestran el carbono de la atmósfera, reduciendo los efectos del Cambio Climático.
  • Contribuyen a la formación de suelos fértiles.
  • Colaboran en la limpieza de los cauces fluviales.
  • Capturan, filtran y almacenan en agua, alimentando las aguas subterráneas y los acuíferos.
  • Favorecen el suministro de agua potable, disminuyen las inundaciones y la pérdida de suelo, disminuyendo la escorrentía superficial y la erosión.
  • Son el refugio de muchas especies.
  • Mejoran la calidad del paisaje.

Árbol, cúmulo de riqueza

En ti se asiste el agigantamiento

Del tiempo y del espacio

Miguel Hernández

En las ciudades, estos vecinos verdes se convierten en elementos esenciales del entorno, que contribuyen a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

El  arbolado urbano implica una serie de beneficios socioambientales como refrescar las calles, limpiar el aire y proporcionar oxígeno, ahorro de agua y energía, promueven la biodiversidad, revalorización del entorno, proporcionan alimento en los huertos urbanos, contribuyen a ahorros económicos respecto al mantenimiento, etc.

Os recomendamos conocer el artículo dedicado a explicar los beneficios del arbolado urbano publicado por el CIEA El Huerto del Retiro.

 

Reconectar con la naturaleza

 

Realmente ¿la  naturaleza nos necesita? ó ¿somos nosotros/as quienes necesitamos a la naturaleza?

Son múltiples los beneficios derivados del contacto con el entorno natural. Algunos efectos son más inmediatos y otros, se aprecian con el tiempo, pero nadie duda de los beneficios derivados. Desde la reducción del estrés, el aumento del estado de ánimo positivo y de la sensación de bienestar psicológico, la disminución de la tensión psicológica-ansiedad, el aumento de la sensación de vitalidad y de la capacidad de concentración. Contribuye a mejorar la salud mental  y física.

El psicoanalista y filósofo alemán Erich Fromm definió la «biofilia» como la pasión por todo lo viviente.

Edward Osborne Wilson, entomólogo y biólogo estadounidense, profundizó en este concepto y su hipótesis define, que tenemos una afinidad y empatía innata con la naturaleza y que conectar con ella, es vital para nuestro desarrollo cognitivo, emocional, estético, etc. Cuando perdemos esta conexión, se traduce en consecuencias negativas para la salud y el bienestar.

Por otro lado, la teoría de la restauración de Kaplan, sostiene que la vida urbana moderna implica un ritmo excesivamente acelerado y una sobreexposición a estímulos que requieren de nuestra atención y provocan fatiga cognitiva.

En consecuencia, este estilo de vida potencia la irritabilidad, las dificultades de concentración y el malestar emocional (nerviosismo, miedo, disgusto, culpa, ira…). Al contrario, el entorno natural no requiere atención psicológica directa y proporcionan un refugio para la mente. Es decir, se trata de un ambiente que nos permite restaurar nuestras capacidades psicológicas para continuar con nuestras labores eficazmente.

La naturaleza restablece nuestro  equilibrio psicoemocinal, mejorando la salud física y mental

 

 

En los últimos tiempos se ha  popularizado una práctica denominada “Baño de bosque”. Sus orígenes son en Japón, donde el término se  conoce como “shinrin-yoku”.

Demostraron que dar largos paseos por el bosque, sin prisas, reconectando con el entorno a través de todos  los sentidos y libre de distracciones, relajando cuerpo y mente, reporta beneficios medicinales.

 

Os proponemos disfrutar del medio ambiente y descubrir cada uno de los árboles que nos acompañan, algunos recién llegados  y otros  muy longevos, verdaderos testigos verdes. Todos ellos, de forma altruista, nos ofrecen un abanico de beneficios.

No permitamos que sean “invisibles”, salgamos a conocerlos, para cuidarlos y colocarlos en el lugar que les corresponde.

 

Además, en honor a estos vecinos verdes, el mismo domingo 21 de marzo se celebran diferentes actividades, dando forma a un evento dedicado al Día Mundial del Árbol, desde el Programa de Actividades Ambientales, el CIEA Dehesa de la Villa, el CEA Casa de Campo y CIEA El Huerto del Retiro, pertenecientes al  Ayuntamiento de Madrid.