Un total de 2.500 asistentes, más de 100 alcaldes de 70 países, 270 experiencias de la sociedad civil, 146 ponentes, 87 talleres y numerosas actividades culturales como conciertos, proyecciones, performances, etc. Éstas son las cifras de la primera edición del Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y Educación para la Paz y la Convivencia, que se celebró del 19 al 21 de abril en La N@ve de Villaverde.
Tres intensas jornadas en las que más allá de los números y los datos, el evento se convirtió en una excelente oportunidad para dialogar y compartir experiencias que ayuden a abordar las violencias urbanas y que permitan poner en marcha alternativas de convivencia pacífica en las ciudades. Reunir en un mismo espacio a gobiernos locales, organismos, redes internacionales, ONGD y sociedad civil demostró que la violencia afecta y es una responsabilidad común, como también lo es el buscar soluciones, implementar programas políticos y proponer ideas y prácticas desde la población urbana para transformar las culturas de violencias en culturas de paz.
En este evento de repercusión mundial, la Junta Municipal de Villaverde, distrito anfitrión del Foro, organizó un encuentro sobre Convivencia y Mediación en espacio público, en el que participaron diferentes profesionales de Servicios Sociales y Educación del distrito. Durante el acto, Guillermo Zapata, concejal de Villaverde, afirmó que “lo que da seguridad a un territorio es la cohesión de su tejido social”, por lo que las instituciones deben trabajar en el sostén de este tejido y es necesaria la cooperación público-social, de manera que “la institución sea una especie de retaguardia del barrio”. Asimismo, durante la sesión se expusieron las diferentes iniciativas de mediación comunitaria que se están llevando en los barrios de Villaverde, así como las acciones inclusivas y los trabajos participativos con la comunidad y las asociaciones vecinales puestas en marcha.
El concejal de Villaverde también participó en la mesa sobre Violencia por Desigualdad Urbana y Espacio Público, donde se puso de manifiesto que las violencias emergen de una desigualdad que es estructural y que conlleva al aumento de conflictos mal afrontados. Además, se hizo hincapié en la importancia de poner en marcha un nuevo modelo de igualdad de desarrollo humano, en las sociedades y sus ciudades, basado en las personas y no en los territorios. A este respecto, Guillermo Zapata refrendó la necesidad de un cambio de modelo productivo y de gestión de las ciudades. Un modelo de desarrollo sostenible que sirva para abordar las diferentes singularidades que definen la especificidad de cada territorio y sus valores, problemáticas, o carencias – convivencia de diferentes culturas, gentrificación, vivienda, y la degradación urbana, etc- ahondando en la necesidad del reequilibrio territorial y el protagonismo ciudadano en la toma de decisiones y gestión de espacios.
El Foro Mundial contra las violencias urbanas, que cuenta con una clara vocación continuista, cerró con diez compromisos para la construcción de Ciudades de Paz.