Tan cerca y tan lejos. Durante mucho tiempo el vecindario de Butarque ha visto cómo un descampado por el que transcurrían las vías del tren les separaba de la estación de Renfe más cercana, la de San Cristóbal de los Ángeles. Apenas 600 metros de distancia desde algunas viviendas de Butarque, pero sin posibilidad de acceder caminando o, más bien, haciéndolo a través de un sendero inseguro y dificultoso de transitar. En coche, dependiendo de la zona, hay hasta 6 kilómetros de un barrio a otro. Ahora ambos barrios están más cerca gracias a la pasarela peatonal que entró en funcionamiento el pasado 11 de noviembre y que une el barrio de Butarque con el de San Cristóbal y permite acceder a los vecinos del primero a la estación de Renfe en apenas 15 minutos.  Para muchas personas, esta instalación ya les ha reportado ventajas en su día a día.

Andrea y Marco (nombres ficticios), han cambiado esta semana sus rutinas para ir a su instituto en el centro de Madrid. Hasta esta semana, cogían un autobús de la EMT que les dejaba en la estación de Renfe de Villaverde Bajo. Nueve paradas y aproximadamente veinticinco minutos de trayecto. Desde el lunes 14 de noviembre, utilizan la pasarela para acceder a la línea de Cercanías C-3. Ganan tiempo a la ida, y a la vuelta, unos minutos valiosos cuando se trata de madrugar un poco menos y comer un poco antes.

Para Eusebia, no se trata de los estudios sino de la familia. Su hija se mudó a Butarque hace cinco años. La distancia entre ambos domicilios es de casi 5 kilómetros, y en coche serían apenas diez minutos, pero ella no conduce, así que, para poder ir a verla y echar una mano con los nietos, algo que hace al menos tres veces por semana, cogía un autobús que tarda unos 30 minutos. En su caso esta infraestructura le ha supuesto un ahorro de tiempo y también de dinero.

Cuidado diseño

La pasarela, con una longitud total de 170 metros, salva las vías del tren mediante una estructura metálica de cuidado diseño y un ancho libre de 3,5 metros, apoyada sobre pilares de hormigón armado. Los accesos están situados en la glorieta de la calle Hulla, en el barrio de Butarque y, por el otro lado, en una parcela ubicada junto a la calle Paterna, en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles. Ambas entradas son accesibles al contar con rampas.

La estructura también dispone de un acceso alternativo mediante escaleras en el lado del barrio de San Cristóbal que permitirá acortar la longitud del itinerario accesible.

Esta obra, ejecutada por el Área de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid ha contado con un presupuesto de 3,4 millones de euros financiados por el Plan SURES de desarrollo de los distritos del sur y del este de Madrid, impulsado y coordinado desde el Área Delegada de Coordinación Territorial, Transparencia y Participación Ciudadana. Los trabajos también han incluido el acondicionamiento de la zona en la parte de San Cristóbal y la creación de una zona ajardinada.

La pasarela es un ejemplo del compromiso del Consistorio con el reequilibrio y la cohesión territorial, ya que permite mejorar sensiblemente la conexión entre barrios a la vez que dota a Butarque de un acceso al transporte público de alta capacidad del que carecía hasta ahora. /