Iglesia parroquial de Santa María la Antigua de Vicálvaro
La iglesia parroquial de Santa María la Antigua es el bien más antiguo y de mayor valor en Vicálvaro, testigo de su historia desde que era pueblo, después barrio y distrito madrileño. Es motivo de orgullo para la gente vicalvareña y, además, el templo de su patrona, la Virgen de la Antigua. En junio ha sido declarada Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid en la categoría de Monumento.
Santa María la Antigua constituye un destacado ejemplo para la historia de la arquitectura madrileña de finales del siglo XVI y principios del XVII, con cabecera poligonal de estilo gótico tardío y cuerpo de naves construido según trazas del maestro mayor de Obras Reales y de las Obras de la Villa de Madrid, Francisco de Mora (1553-1610), dentro del manierismo clasicista. Su protección responde a que reúne unos valores arquitectónicos de gran importancia y nivel técnico, reflejo de la evolución y cambios estéticos que se van produciendo en la arquitectura religiosa, por lo que “presenta un alto valor histórico y cultural”.
De estructuras sencillas y sobrias, la iglesia de la Antigua, se alza a base de ladrillo con cadenas de mampostería, sigue un estilo arquitectónico en el que predominan volúmenes cúbicos de líneas rectas y espacios austeros, de perfiles planos no muy resaltados, sin concesión a lo ornamental, dentro de la corriente del manierismo clasicista.
Orígenes y evolución arquitectónica
El primer documento escrito en el que se menciona la existencia de una iglesia en Vicálvaro data de 1427 aunque sería a finales del siglo XVI cuando el templo experimentaría una importante remodelación. Poco antes de 1592, Vicálvaro había iniciado las obras de reforma de la iglesia parroquial comenzando por levantar una potente cabecera poligonal para la capilla mayor. Una vez construida, seguramente por motivos económicos, las obras se interrumpieron, de forma que se mantuvo el cuerpo de naves del templo existente, que probablemente se trataría de una construcción mudéjar como la ermita de Santa María la Antigua de Carabanchel.
Será el 19 de septiembre de 1592, tras la petición del cura párroco de Vicálvaro alegando que la iglesia se había quedado pequeña y los vecinos no cabían en los días de fiesta, cuando Felipe II dicte una provisión real para rematar la obra. Los alarifes de la villa Diego Sillero y Luis Luzón concluyeron que convenía levantar una nueva iglesia conforme a la capilla mayor recientemente construida, y que el nuevo cuerpo de naves quedase bien adosado a la cabecera existente. Un mes más tarde, se produjo el nombramiento de los alarifes Antonio Sillero y Francisco Tofiño, maestros de albañilería y carpintería, y de Juan de Nates y Juan de Buega Valdelatras, maestros de cantería, y se aceptaron “las trazas y planta que está hecha que el dicho Diego Sillero dijo que es la propia de Francisco de Mora, conforme a la que él y Luis Luzón hicieron declaración”. Según la historiadora Pilar Corella, los alarifes Sillero y Luzón darían el diseño definitivo, que se realizó sobre un boceto o idea gráfica inicial de Francisco de Mora.
Las obras de construcción, adjudicadas en marzo de 1593 a Alonso Vara y a quien tomaría el relevo Gaspar Ordóñez en 1602, se retrasaron más de lo previsto lo que desembocó en varios pleitos entre la iglesia, el concejo y los vecinos de Vicálvaro contra el nuevo maestro de obras. Ordóñez, que concluyó la obra en 1621, introdujo ligeros cambios estilísticos. Se encargó del cuerpo superior de la fachada occidental, de los últimos cuerpos de la torre y las bóvedas de las tres naves, aplicando una mayor decoración en las de la capilla mayor y el coro.
La torre de la Antigua, icono de Vicálvaro
Desde la plaza de Don Antonio de Andrés, que antaño fue la plaza mayor del pueblo y hoy es sede de la Junta Municipal de Vicálvaro, encontramos una de las vistas más emblemáticas de la iglesia parroquial, con la espigada torre que se alza encajonada al fondo de la estrecha calle de la Virgen de la Antigua.
Este enclave es ahora uno de los espacios que quedan protegidos como parte del entorno vinculado directamente a la iglesia con el fin de preservar los valores del monumento como hito histórico y cultural.
La icónica torre, símbolo cultural de Vicálvaro, se eleva en cinco cuerpos con la singularidad de que el último es de menor tamaño y culmina con tejado piramidal rematado con chapitel, orbe y cruz. Los ventanales en arco de medio punto de los dos últimos cuerpos de la torre dejan ver las campanas.
La iglesia parroquial
La actual iglesia presenta cabecera poligonal con contrafuertes, una planta de tres naves, más ancha la central, cubiertas con bóvedas de cañón -perforadas con lunetos que aportan luz natural al templo- y coro a los pies entre la torre y la capilla bautismal de la Reconciliación.
A esta estructura se añade una sacristía del siglo XVIII adosada a la cabecera en su muro sur y una capilla de finales del siglo XIX, adosada a la fachada norte, que manda construir la condesa de la Vega del Pozo, María Diega Desmaisieres y Sevillano, de origen vicalvareño y con palacio en Vicálvaro. Inicialmente dedicada a San Juan Bautista, se reformará en 1957 por iniciativa de Fausto Dones y Tomasa García como capilla del Pilar.
El muro bajo en piedra berroqueña que rodea las fachadas oeste y sur de la iglesia se construye a finales del siglo XIX, según consta en la sesión del 25 de diciembre de 1884 del Ayuntamiento de Madrid.
Destacan además, las portadas de arco de medio punto de la fachada sur -conocida como puerta del sol- y la del oeste, construidas en piedra berroqueña, con dos pilastras y dintel y rematadas con bolas sobre pedestales en pirámide. La puerta de madera del acceso principal a la iglesia, que muestra grabada la fecha 1640, exteriormente se forró con chapas de hierro en el siglo XIX, y conserva unos artísticos herrajes en la cancela fechados en 1682.
Todos los bienes muebles de la iglesia se destruyeron durante la Guerra Civil, incluidos un retablo barroco que databa de 1602 del escultor Juan de Porres y el órgano de tubos de 1760 construido por el maestro organero José Loytegui. Los bienes comenzaron a reponerse a partir de 1940.
El órgano de tubos y el festival
En el coro alto, sustentado por un arco escarzano de gran belleza y bajo una bóveda decorada con motivos geométricos en yeso, destaca el órgano neobarroco de 1386 tubos que llegó desde Alemania en 2013.
La iglesia de la Antigua es además la sede del Festival Internacional de Órgano y Música Barroca de Vicálvaro, que se articula en tres ciclos de conciertos en otoño, Navidad y primavera. Se trata de una iniciativa de la Junta Municipal de Vicálvaro en colaboración con la parroquia que busca acercar la cultura musical en un entorno singular y con la mejor acústica que, además, contribuye a dar visibilidad al patrimonio histórico artístico del distrito. Cuenta con el apoyo del Plan SURES del Ayuntamiento de Madrid.
La Virgen de la Antigua y las fiestas patronales
El actual retablo mayor es una bella réplica de estilo neobarroco, en madera dorada y policromada creado en el taller artesano de Horche, Artemartínez. Inaugurado oficialmente con la llegada del siglo XXI, en el segundo cuerpo del retablo se emplaza el camarín de la Virgen de la Antigua, patrona de Vicálvaro. La talla es una imagen en madera estucada, otra bella réplica realizada en 1940 en Valencia, de la Virgen con el Niño en su brazo izquierdo, y una granada, símbolo de la comunidad, en la mano derecha.
En agosto, Vicálvaro celebra las fiestas patronales y como es tradición, la Antigua desciende del camarín. El día 14, a las 23:00 horas, se entona en el templo la Salve en honor a la Virgen, mientras que el día de la fiesta mayor, el 15 de agosto se celebra la misa matinal y la procesión de la Antigua a las 21:00 h.
Historia, arquitectura y manifestaciones culturales se dan cita en torno a Santa María la Antigua en Vicálvaro.
Bien de Interés Cultural
Patrimonio Cultural. Comunidad de Madrid. BIC Santa María la Antigua