Lo primero que se veía era un gallo girando en una veleta a merced del viento. Cuando se amplía el campo de visión, emerge una cúpula negra de pizarra, emblema de esta iglesia conocida como la ‘rota’ porque, antes de sus restauraciones, se podían ver los agujeros ocasionados por los bombardeos de la Guerra Civil.

Esta iglesia de Maris Stella (Estrella del Mar) es un símbolo de resiliencia en Usera ya que ha sido usada desde su construcción, entre 1920 y 1930, como templo, comedor, dispensario de salud y hasta escuela para los hijos de los trabajadores que iban llegando al barrio de Orcasitas desde otras regiones del país.

Tras un pasado convulso, ahora se ha trasmutado en un templo sin culto que las nuevas obras han transformado en un espacio abierto, moderno que albergará exposiciones, actos culturales y un centro de interpretación medioambiental y cuya actividad se pondrá en marcha esta primera semana de noviembre con una programación cultural que arranca con una plantación de flores.

 

Modernidad y cultura con magníficas vistas

El nuevo recinto Maris Stella está ubicado en el parque de Pradolongo en el emplazamiento anexo a la iglesia original y consta de tres edificios que suman 1.600 m2 y unas parcelas que elevan la superficie total a más de 3.500 m2, lo que ha permitido el uso polivalente de las instalaciones.

Esta intervención se ha financiado a través del Fondo de Reequilibrio Territorial, con un importe de 4,6 millones de euros, junto con las inversiones del Plan SURES y el distrito de Usera. Los trabajos se finalizaron el pasado mes de abril mes de abril y tuvieron el objetivo de restaurar y recuperar los valores estéticos de la iglesia, que goza de la consideración de Edificio Histórico desde hace una década.

 

El recinto de Maris Stella también albergará el futuro Centro de Interpretación Ambiental del parque de Pradolongo, que contará con un programa de actividades con itinerarios guiados, talleres, cursos, jornadas y exposiciones temporales. Unas propuestas para poner en valor los diferentes aspectos históricos, naturales y socioculturales de este parque junto con el Lineal del Manzanares.

La puesta en marcha de este centro se encuadra en el marco del Plan SURES- Plan de Desarrollo del Sur y Este- que aportará entre 2022 y 2023 un total de 413.000 euros que se añadirán a los 170.000 que ya ha destinado la Junta Municipal del Distrito de Usera, lo que eleva la inversión total a más de cinco millones de euros.

Restauración completa

El proyecto inicial de restauración contemplaba la recuperación de la estética de la iglesia, lo que incluía la demolición del edificio en ruinas para construir un nuevo pabellón para aulas y talleres donde se ubica el centro de educación ambiental.

En el lugar que ocupaba el almacén de piraguas se levanta un edificio de dos plantas para uso deportivo y recreativo que incluye una cafetería con una enorme terraza con vistas magníficas al lago del parque. El espacio libre se ha transformado en zonas ajardinadas y una plaza de usos varios donde poder albergar tanto clases al aire libre como representaciones o proyecciones de cine.

La iglesia, que tiene una superficie de 238 m2, pudo ser originariamente una ermita mandada a construir a un arquitecto desconocido por los propietarios de los terrenos, de apellido Orcasitas. Su consagración como templo de culto  la recibió en los años 60, después de ser rehabilitada tras la Guerra Civil. El edificio es de arquitectura simple de ladrillo, con cubierta de teja y en el centro una cúpula de pizarra, con cimborrio y en lo alto un gallo.

Con la remodelación de los barrios de Usera, la desaparición de las chabolas que la circundaban y la construcción del parque de Pradolongo en 1983, la iglesia se abandonó. En enero de 2011, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobaba una modificación del Plan General de Ordenación Urbana -PGOU-de Madrid para permitir la rehabilitación de la iglesia incluyéndola en el Catálogo de Edificios Protegidos de Madrid.