Jugar y tener tiempo de descanso es obligatorio en la educación y el bienestar de los niños y niñas, pero si además este asueto se hace en un espacio cómodo, acogedor, más habitable y más respetuoso con la salud y con el medioambiente, el resultado será sin duda, mejor.
Así que eso es lo que se han propuesto en el CEIP Juan Sebastian ElCano en Usera , el Valle Inclán de San Blas-Canillejas y el Vázquez Díaz, en Moncloa-Aravaca, que cuando los niños y niñas regresen tras las vacaciones de verano a estos colegios públicos no reconozcan el patio de su recreo, porque las obras que se van a acometer transformarán estos espacios en lugares coeducativos, de salud y bienestar, de socialización y fomento de la convivencia, al tiempo que contribuirán a regenerar el barrio.
Este proyecto, denominado «Cuidados en los entornos escolares», es uno de los nueve incluidos en el Plan Madrid, ciudad de los cuidados y cuenta con un presupuesto total de 942.000 euros. Las obras, que va a iniciar el Ayuntamiento de Madrid en julio, serán de calado y afectarán a la accesibilidad, eliminando las barreras arquitectónicas, creando áreas y estancias de encuentro, con bancos, mesas, confort térmico, acceso al agua y baños.
Se centrarán además en la sostenibilidad, con la incorporación de vegetación (árboles, arbolado, arbustos de gran porte y enredaderas) como estrategia de mejora de la calidad del aire y de adaptación al cambio climático. También delimitarán zonas para juegos de distinta intensidad y para actividades aeróbicas, anaeróbicas o imaginativas y buscarán la seguridad usando materiales blandos y naturales en la configuración del patio.
Todo este cambio y transformación del patio ha sido todo un plan piloto denominado Micos y acompañado de un proceso en colaboración con la Junta Municipal del distrito, en el que se han involucrado la comunidad educativa (familias, alumnado, profesorado…) y los agentes de barrio (asociaciones, comerciantes…) en esta mejora de su entorno escolar.
El proceso participativo se desarrolló de septiembre a diciembre de 2017, desde donde se trabajó a través de un grupo motor formado por profesores, familias, asociaciones de barrio y la asistencia de técnicos municipales de educación y obras, una técnica asignada de Madrid Salud y una agente de igualdad. A través del proceso se ha obtenido la información sobre las necesidades del espacio y los objetivos del centro, las necesidades del barrio y las oportunidades a fortalecer que se han narrado desde una web como medio de difusión del mismo.