Daniel Doña (Granada, 1977) es uno de los referentes de la danza española contemporánea. Ha formado parte del Ballet Nacional de España y ha participado como bailarín solista de las compañías Antonio Márquez, Rafaela Carrasco, Teresa Nieto o Rojas y Rodríguez. Entre otros premios ha sido galardonado con el Premio MAX de las Artes Escénicas a la mejor coreografía por ‘De Cabeza’ (2009) y tiene el Premio El Ojo Crítico de Danza en 2016 por su coreografía ‘Habitat’. Dirigido por Jordi Vilaseca el próximo sábado 29 de septiembre a las 20 horas estrena en el Centro Cultural Eduardo Úrculo su último espectáculo ‘Psique’ en el que se combinan las costumbres heredadas de la cultura popular y los instintos más primitivos para dar lugar a un retablo de paisajes oníricos.
¿Qué supone para ti volver a estrenar en el CC Eduardo Úrculo?
Para mi es volver al centro cultural que apoya siempre mis creaciones. El distrito me da la posibilidad de estar aquí como compañía residente. Es casi una necesidad que tiene la compañía de presentar en el distrito las producciones que se traen entre manos. Y más una producción como ‘Psique’ que está basada en todas las tradiciones orales, en los festejos y en esas fiestas que siempre tenemos en los espacios dormidos de la memoria. Es un espectáculo en el que el público del distrito se sentirá muy identificado con su dramaturgia.
¿En qué te has inspirado para hacer este nuevo trabajo?
Me he inspirado precisamente en esos espacios dormidos de la memoria, en esos rituales, las fiestas, las tradiciones, que seguramente por edad no he podido vivir pero que siempre han estado muy presentes en reuniones familiares. Me han ido explicando como antes se hacía ‘El Ceremonioso’ en cualquier acto. Me puse en contacto con José Luis Gutiérrez, «don Guti» que es un artista que desde finales de los años 80 ha ido rescatando los testimonios de los viejos, sobre todo de los viejos de Castilla y León. Él ha sido el orientador histórico desde donde poder desarrollar una reinterpretación de esas tradiciones.
Fue él, el que me puso en contacto con la familia Mayalde, un grupo de danza tradicional. Y nos abrieron las puertas de su casa para tener una residencia de investigación. Nos bailaron, nos cantaron y nos trataron divinamente. Y sobre todo nos abrieron las puertas de su casa para que pudiéramos tener un acercamiento a esta tradición. Hemos hecho una reinterpretación porque no hemos podido vivir esa época y no tenía sentido intentar ser fieles a lo que se hacía en aquel entonces. No está procesado en nuestro cuerpo ni hemos tenido esas vivencias. Si que hacemos una reinterpretación de estos bailes y de la música tradicional y la impulsamos y la contextualizamos en el 2018.
¿Supone un cambio en tu estilo?
Fíjate que sí porque normalmente tengo un estilo muy definido que precisamente muestra la pluralidad de la danza española en su amplio espectro y siempre es la cuestión que tenemos a la hora de afrontar una producción nueva. Es importante darle al público algo diferente en cada producción. En este caso hemos vuelto a la raíz, a la tradición y además ponemos en valor un equipo maravilloso con Elisa Sanz, la escenógrafa que ha hecho esta maravilla. También he contado con Xavier Múgica, el diseñador de vestuario. En el espectáculo hacemos un viaje por toda la geografía española. No solamente rescatamos música tradicional de Castilla León, también nos acercamos a las nanas valencianas, hay algo del folklore vasco. También hay referencias sobre la tradición catalana. Para mí era muy importante contar con un equipo que cubriese toda la geografía española. Así, Elisa Sanz es de Burgos, el director de escena, Jordi Vilaseca es catalán, Xavier Múgica es vasco, Christian Martin colaborador habitual de mis producciones es de Ávila, Yo soy del Sur…También el equipo está muy relacionado con toda la geografía española. Y es un paso adelante de Daniel Doña Compañía de Danza porque el formato de la compañía va creciendo, las producciones son cada vez más elaboradas. Tal vez no tanto en el número de intérpretes pero si en la puesta de escena.
¿Cómo ha sido la preparación de ‘Psique’?
Llevamos trabajando ‘Psique’ desde el mes de abril. Fue en ese mes cuando empezamos a hacer las primeras reuniones de mesa, con el equipo. En mayo fue el mes de la residencia de investigación en ‘La Maya’ en Salamanca. En junio empezamos los encuentros con los artistas y a elaborar el esquema de la producción. Y agosto y septiembre han sido dos meses intensos de concentración dedicados en el espectáculo. Ha sido una producción atípica. Se ha comprimido el tiempo de creación al máximo. Ha sido duro pero trabajando con los cinco sentidos a favor de la creación del espectáculo.
¿Vas a seguir colaborando con Christian?
Sí. Él es colaborador mío desde 2008. Cuento con él porque con él me entiendo perfectamente. Tiene el código de la compañía absolutamente integrado dentro de su cuerpo y su conocimiento. Es una persona que me inspira. También vuelvo a contar con el cantaor David Vázquez, que es la tercera vez que colabora conmigo. Para mí es importante tener un equipo base con el que construir diferentes espectáculos y paisajes ya que da mucha seguridad a la hora de afrontar un proceso de creación que es duro porque partes de la nada y hay que ir construyendo poco a poco. Y a mí me da confianza trabajar con un equipo que ya me conoce y sabe cómo yo quiero hacer las cosas.
¿Qué va encontrar el público que acuda al CC Eduardo Úrculo el 22 de septiembre?
Va a encontrar un espectáculo para espacios abiertos, no convencionales, un espectáculo de danza española de vanguardia. Un espectáculo de danza española actual donde no hay límites, ni etiquetas. Es una producción que hemos sido muy libres a la hora de crear. Un espectáculo con el sello de Daniel Doña, Compañía de Danza que es rigor, pluralidad, diversidad y calidad.
¿Qué te gustaría que sintieran cuando te vieran?
Quiero que cada uno se lleve a casa lo que quiera. Cada vez estoy más alejado de que la gente te deba entender todo lo que pase en la escena. Me gusta que el público sea libre para interpretar la dramaturgia de cada espectáculo. Nosotros nos basamos en una dramaturgia para construir pero me gusta que el público reinterprete. Si entiende algo que nosotros hemos puesto en valor perfecto pero me gusta que ellos también puedan viajar, dejarse llevar por la escenografía, por el vestuario, por la poesía de la coreografía, por todo ese conjunto de arte que se ponen en comunicación en una creación coreográfica.
¿Qué esperas de la nueva temporada?
Lo primero de todo estrenar el 22. Para nosotros es muy importante estrenar en Madrid porque independientemente que sea el Úrculo donde estreno todas mis producciones, Madrid es una plaza complicada, donde se mueve todo lo cultural y hay un público entendido en la danza. Después preparamos la gira de Estados Unidos porque nos vamos a colaborar un mes y medio con la orquesta de Dallas y Alburquerque. Estaré también como maestro invitado de la Universidad de Nuevo México.
Estamos cerrando la gira en Reino Unido para abril del 2019. Paralelamente estamos girando con los diversos espectáculos. El pasado 15 de septiembre estuvimos en Salamanca; el 23 de octubre actuamos en Danza Gijón con una retrospectiva del espectáculo ‘Hábitat’. Y por ahora es lo que puedo contar porque hay una cosita que todavía no está cerrada.