¿Alguien sabe lo que es la percusión?, pregunta Miguel, uno de los monitores, al grupo de chicas y chicos que están en una de las mesas del comedor del colegio Pio XII. “Percutir es seguir el ritmo y lograr música con instrumentos. Y nosotros lo vamos hacer con utensilios como cacerolas, cucharas, tapas o cubos. Primero trabajaremos el ritmo entre todos y luego en grupos de 2 o 3 crearemos nuestras propias composiciones que luego mostraremos en un pequeño concierto por la tarde después de la comida”. Mientras, en el porche del patio otros dos grupos juegan al 3 en raya que han dibujado y creado ellos mismos bajo la atenta mirada de otras dos monitoras.
“Estamos en acción” es el título del campamento urbano gratuito organizado por el Servicio de Educación del Distrito de Tetuán. Y ciertamente las actividades y talleres se suceden, sin que nadie tenga tiempo para aburrirse, en el Centro de Educación Infantil y Primaria Pio XII. Las jornadas comienzan muy pronto. Los más madrugadores empiezan a llegar a partir de las 8 de la mañana.
Campamentos como éste son necesarios para facilitar la conciliación familiar, ya que muchas madres y padres no tienen vacaciones en verano y por lo tanto no tienen con quien dejar a sus hijas e hijos.
“Trabajamos el baile, el canto y la expresión corporal siempre desde la cooperación y el respeto” nos cuenta Noel, el coordinador del campamento urbano en el Pío XII. Las mesas y las sillas se sacan entre todos para desayunar, afianzando en hábitos saludables y en la autonomía personal. “Al principio lo hacíamos todo los monitores, pero particularmente con los más mayores buscamos que ganen en confianza y en responsabilidad recogiendo los platos que han utilizado”, afirma.
Tanto el desayuno como la comida están incluidos y constituyen una actividad más, puesto que es importante educar desde la infancia en como alimentarse de forma saludable. El desayuno es la primera actividad que realiza todo el grupo. No faltan la leche, los cereales, las galletas y el cacao en polvo. Solo así pueden afrontar las largas jornadas llenas de deporte y acción. Los campamentos comprenden también la comida de mediodía en las que están incluidas las legumbres. Por ejemplo, el martes 7 de agosto y de acuerdo con el menú, comieron alubias blancas ecológicas estofadas y tortilla de patata con ensalada como guarnición. De postre predomina la fruta del tiempo.
El tentempié de la mañana lo traen de casa. “Siempre premiamos con aplausos cuando para la pausa de media mañana nos traen fruta. Y cada vez más nos la piden de postre en las comidas” nos comenta Irene, otra de las monitoras que acaba de aplaudir al ver que Jonathan lleva fruta en el táper.
Es el propio grupo el que elige un nombre, se reconoce y busca las normas comunes con las que se identifica durante las dos siguientes semanas en las que transcurre el campamento. “Los Enanitos”, “Los Fantastics”, “Los Gamers,” “Los Increibles” y “The Legends” han sido los nombres elegidos para el turno correspondiente a la primera quincena de agosto.
Durante las dos semanas siguientes se trabaja con los verbos de acción: camina, corre, salta, juega, investiga y descubre. Además de deportes como el tiro con arco, triatlón o zumba, se realizan talleres para aproximarse al mundo de la ciencia, desde la vertiente más divertida como con un laboratorio de olores. Se han programado dos salidas. El jueves 2 el grupo disfrutó de un día en la piscina municipal Vicente del Bosque, en el cercano distrito de Fuencarral-El Pardo. El jueves 9 el destino era el parque Fuente del Berro.
Todas las dinámicas se adaptan al día. Por ejemplo, aprovechando la ola de calor que ha tenido lugar en Madrid, el campamento vivió una refrescante fiesta del agua. Por las tardes se proponen actividades más tranquilas y reposadas como juegos de mesa, talleres de magia o el juego conocido como “El pueblo duerme”, mientras los más pequeños de 4 y 5 años duermen la siesta agotados de una mañana de juegos. La diversión seguirá en el campamento del Pío XII hasta el próximo 14 de agosto.