Los almendros en flor en el histórico jardín del distrito de San Blas-Canillejas indican el fin del invierno y anticipan la llegada de la nueva estación. Actualmente, gracias a la plantación de más de 600 ejemplares desde 2020, el icónico parque alberga 1.893 almendros, el mayor número de estos árboles de los últimos años.

Recorrer la Quinta de los Molinos en estos días en los que se produce la floración es todo un espectáculo para los sentidos. La flor del Prunus dulcis se viste de distintas tonalidades que van desde el blanco hasta el rosado y su aroma azucarado recuerda a la miel.

Detalle de los almendros en flor de la Quinta de los Molinos
Detalle de los almendros en flor de la Quinta de los Molinos

Vista en mayor detalle, la flor del almendro está compuesta por cinco sépalos y cinco pétalos libres dependiendo de su variedad y puede nacer solitaria o formando grupos de dos o cuatro. Los almendros que pueblan la Quinta son de las variedades autóctonas Largueta y Marcona, que ofrecen una floración prolongada y mejoran la polinización.

Los últimos ejemplares que se han incorporado tienen un perímetro de tronco aproximado de ocho a diez centímetros y una altura media de 1,5 metros y se han obtenido mediante la técnica de injerto de dos savias, es decir, se han combinado dos variedades de almendro que se adaptan bien al entorno.

La floración se desarrolla durante aproximadamente tres semanas y ahora está en un excelente momento para ser visitada. El parque está abierto todos los días del año, de 6:30 h a 22:00 h y la mayor parte de sus recorridos son accesibles para personas con movilidad reducida.

Naturaleza y arquitectura

La Quinta de los Molinos destaca como una de las últimas fincas de recreo rústicas construidas en Madrid a principios del siglo XX, caracterizada por su marcado carácter mediterráneo y sus áreas de explotación agrícola. Tras el fallecimiento del propietario en 1980, los herederos cedieron 21,26 hectáreas al Ayuntamiento de Madrid con la condición de preservar su legado.

Este enclave incluye un jardín paisajista junto con espacios agrícolas como huertas aterrazadas, cultivo de almendros y un bosque, todo ello integrado con la casa palacio (Palacete de la Quinta) y edificios auxiliares como la Casa del Reloj, que destacan por su arquitectura singular.

Además de almendros, la finca cuenta con olivos, pinos, higueras, lilos, retamas, romeros, hibiscos, adelfas, avellanos, tarajes, y otras menos comunes como feijoas, eucaliptos, azufaifos o paulonias. El parque alberga también una diversidad de fauna que incluye mirlos, petirrojos, verdecillos, verderones, palomas torcaces, gorriones, jilgueros, y otras especies.