Febrero comparte una relación muy especial con el distrito. Como cada año, el día 3 se conmemora a Blas de Sebaste -conocido como San Blas- y consigo trae de vuelta a la actualidad un refrán popular que pocos son los vecinos que lo desconocen, puesto que ha perdurado a lo largo del tiempo unido a su nombre.
Y es que “por San Blas la cigüeña verás”. Un dicho que evoca el regreso de esta ave migratoria y que se ha convertido en una tradición, dejándose ver por diferentes lugares de San Blas-Canillejas como las iglesias de Santo Domingo de Silos, El Salvador, San Juan de los Reyes, la parroquia de la Virgen de la Candelaria… Entre la lista de emplazamientos donde encontrar a esta ave, se halla uno de los parajes más emblemáticos del distrito: la Quinta de Torre Arias.
La Quinta de Torre Arias, un extenso complejo verde
Esta extensión de terreno se abrió parcialmente al público a finales de 2016, cuando el Ayuntamiento de Madrid heredó las tierras tras el fallecimiento de Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, condesa de Torre Arias, quien se había comprometido a ceder la propiedad a la ciudad.
El parque brinda a sus visitantes un rincón de naturaleza en Madrid, con diecisiete hectáreas para sumergirse de lleno en su vegetación. Guarda además en su interior un espacio dedicado al cultivo que antiguamente se extendía por gran parte de su terreno.
El lugar presenta elementos singulares –algunos de ellos actualmente en remodelación- como el palacete, las caballerizas, la vaqueriza o los invernaderos, entre otras edificaciones.
Cuenta en su haber con diversas fuentes, aunque lo que destaca de ellas es la procedencia de su agua, visible en la fuente de la Minaya y su estanque, y que procede de un qanat, un pasaje subterráneo que canaliza el agua procedente de un manantial. Este viaje de agua forma parte del rico legado de la red hidrográfica de Madrid y su construcción está datada en el siglo XVI. Su cauce sigue regando los jardines y huertas de la quinta. También existe un segundo viaje de agua dentro de la finca de Torre Arias, el de la fuente de la Isabella, aunque actualmente no tiene cauce.
Un espacio compartido por distintas aves
Ubicado en pleno barrio Salvador, el parque sirve también de hogar para varios tipos de aves. Entre ellas se encuentran el martinete común o la garza real, para los que el estanque ejerce como principal atracción. Pero quizá la más singular sea el búho real, morador habitual del parque pero de más difícil avistamiento al ser un ave rapaz nocturna.
La presencia de la cigüeña tanto en Torre Arias como en los campanarios de los templos del distrito es un hecho cada vez más preciado para los vecinos del distrito, sobre todo, por el cambio de las costumbres migratorias de este miembro de la familia de las ciconiforme. El cambio climático y el aumento de comida en la península han hecho que ya no viajen como hacían antaño y su presencia sea cada vez más un regalo.
Aun así, puedes probar fortuna y adentrarte en la Quinta de Torre Arias en su horario de visita -de martes a domingo, de 10:00 a 17:30 horas- en busca de su nido. Si no la avistas quizá solo signifique que, como continuaba el refrán, “si no la vieres, año de nieves”.