Estamos de estreno en el distrito de San Blas-Canillejas. El edificio de San Faustino 23 se llenará de vida con los proyectos de atención social desarrollados por dos entidades sin ánimo de lucro del barrio, centrados en la atención a vecinas afectadas por violencia machista, asistencia y asesoría en búsqueda de empleo, intervención familiar y proyectos de tiempo libre, entre otros muchos.

Se trata de la Asociación Cultural Talloc y la Asociación Vecinal por la Vivienda Digna de San Blas-Canillejas (con la Asociación Cultural la Compañía de Krisol), que recibieron las llaves del edificio San Faustino de manos de la concejala presidenta del distrito, Marta Gómez Lahoz, y del delegado de Coordinación Territorial y Cooperación Público-Social, Nacho Murgui.

Ambas entidades tienen fuerte arraigo en el distrito y desarrollan proyectos de interés público y social en beneficio de la comunidad. El proyecto Haciendo Barrio, que pondrá en marcha la Asociación Cultural Talloc, tiene como objetivo el desarrollo personal, educativo y social de los niños y niñas y adolescentes en riesgo de exclusión social del barrio de Canillejas.

Por su parte, el proyecto La Chimenea, de la Asociación Vecinal por la Vivienda Digna de San Blas-Canillejas y de la Asociación Cultural la Compañía de Krisol, tiene entre sus fines desarrollar actividades culturales, asesoría en violencia de género, asesoría jurídica, apoyo en la búsqueda de empleo y clases de apoyo escolar, entre otras.

Ambos proyectos conviven ya en el inmueble de la calle San Faustino, 23 (con vuelta a la calle Sebastián Francisco, 2) que se encontraba desde hacía tiempo vacío y sin uso. Por ese motivo, la Junta Municipal de San Blas-Canillejas comenzó a finales del año 2015 los trámites con la Delegación del Gobierno, propietaria del inmueble, para intentar conseguir el edificio para uso de tejido social.

Proceso transparente en la cesión de espacios públicos

Este trámite se materializó en septiembre del año pasado gracias a la cooperación interinstitucional y a partir de entonces, la Junta Municipal abrió un proceso público para ceder este espacio a las asociaciones del barrio que lo solicitaran.

Las solicitudes han sido evaluadas por una comisión integrada por técnicos municipales y por los órganos de participación del distrito, incluyendo los Foros Locales. Con el informe técnico del grupo de trabajo y el impacto social emitidos, así como las valoraciones obtenidas por los proyectos, se han valorado preferentemente los proyectos que proponen espacios compartidos y aquéllos que más alcance social tenían al proponer actividades más abiertas, gratuitas e inclusivas.

Estas directrices, disponibles en www.madrid.es, aprobadas por el Ayuntamiento de Madrid, plantean un cauce para que el tejido asociativo de la capital pueda optar democráticamente a un espacio de propiedad municipal para desarrollar sus actividades.

La Directriz de Cesión de Espacios municipales se basa en que la colaboración público-social entre las Administraciones Públicas y la sociedad civil sea lo más eficaz posible, facilitando para ello que organizaciones sociales sin ánimo de lucro puedan desarrollar su actividad en beneficio de la comunidad y en las mejores condiciones posibles.

Tras su aprobación el mes de febrero de 2016, las mencionadas directrices establecen un procedimiento por el que se garantiza la transparencia, la libre concurrencia y la igualdad en el acceso a los espacios públicos.

Este es el octavo local cedido bajo la Directriz de Cesión de Espacios Municipales a entidades sin ánimo de lucro, tras el de Bravo Murillo 37 (Chamberí), Avda. Cardenal Herrera Oria, 84 (Fuencarral), el del antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi (Arganzuela), los de Calle Frías 133 y Calle Plus Ultra, 3 en Barajas y los ubicados en la C/ Salvador Martínez Lozano 3 y en José Serrano 19 (Puente de Vallecas). En todos ellos, más de 45 entidades ofrecen actividades a vecinas y vecinos.

En la actualidad, se está trabajando una Ordenanza de Cooperación Público-Social para darle el marco y entidad normativa que precisa este nuevo modelo de gobernanza que el Ayuntamiento de Madrid quiere instaurar, en el que se incorpora a la ciudadanía al desarrollo de las Políticas Públicas, no sólo en su formulación, sino también en su implantación, evaluación y gestión.