El 7 de mayo se presentó en el Centro Cultural Buenavista el informe de diagnóstico y propositivo de la organización social de los cuidados en el distrito Salamanca. Puedes descargar el documento a través de este enlace y obtener una copia física en el Centro Cultural Buenavista, el Centro de Servicios Sociales Guindalera y el Centro Cultural Maestro Alonso. El proceso de investigación previo al informe ha tenido como objetivo estudiar la forma en que se organizan los cuidados en el distrito, partiendo desde tres actores diferentes: la esfera pública (Estado y administraciones), ciudadanía y mercado de trabajo.

Los cuidados han estado históricamente asignados a las mujeres, relegados al ámbito de lo privado-doméstico, invisibilizados y poco valorados. A pesar de que la realidad señala que todas las personas somos vulnerables, interdependientes y necesitamos cuidados la atención a los mismos aún no ha recibido una respuesta social adecuada a las diversas necesidades. Es por esto que la propuesta que se realiza en este estudio va dirigida tanto a visibilizar quiénes y cómo están ocupándose de estos trabajos, como a la elaboración de propuestas que es necesario articular o seguir mejorando para una necesaria redistribución y atención adecuada de las necesidades de cuidado.

Algunas de las conclusiones que se recogen en el informe apuntan a que son las mujeres quienes siguen siendo, en gran medida, responsables de los cuidados y que existe cierto discurso ‘triunfalista’ que genera una falsa percepción de igualdad en el reparto de estas tareas: victorias discursivas que no se materializan en una mayor equidad.

Como recomendaciones, se propone entre otras medidas reconocer y dar importancia a los trabajos de cuidados como tareas fundamentales para sostener la vida, en las que los hombres se deben implicar tanto en su realización como en su gestión. Es también necesario generar un debate social para elaborar una definición más amplia de lo que es la corresponsabilidad, que no privatice el problema en el seno de los hogares, y desligando el cuidado de la visión familista y la obligación afectiva. Asimismo, las instituciones deben asumir y ejercer sus responsabilidades respecto al cuidado.