El premio nacional de dibujo más antiguo y mejor dotado, el Gregorio Prieto, narra sus 30 años de existencia a través de 46 obras que se alzaron con el primer o segundo galardón de cada convocatoria, reunidas en una muestra que puede verse desde este jueves, día 2, hasta el 26 de febrero en el Centro Cultural Casa de Vacas del parque de El Retiro.

El ‘cumpleaños’ del certamen coincidió con la pandemia que impidió la celebración. Hoy, recuperada la normalidad, Casa de Vacas ofrece una retrospectiva de esas tres décadas de existencia en una muestra que refleja el prestigio que nimba el premio, con obras de artistas como José Hernández y José Manuel Ciria, Isabel Viñuales, Ana Olano, Luis Javier Gayá, Belén Mazuecos, Valentín Kovatchev, Laura Lio, David Morago, Concha García o Antonio Rojas.

Gregorio Prieto, el artista plástico de la Generación del 27, llamado el ‘poeta de la línea’, dejó establecido en 1991 un certamen de dibujo de carácter bienal que alentara el arte del trazo y conservara la excelencia del dibujo entre los creadores contemporáneos. En sus 30 años de existencia, ha recibido más de 3.000 dibujos en un amplio abanico de soportes –un 10% de las obras presentadas han tenido el formato de video creación, a las que se unen técnicas como el grafito, la tinta, el hilo o el pan de oro- y  ha repartido, a través de la fundación que lleva su nombre, más de 100.000 euros en premios. No en vano, este certamen es el mejor dotado económicamente del país, con dos premios de 8.000 y 4.000 euros, a los que se suma la exposición que el ganador merece en el Museo Gregorio Prieto, en Valdepeñas (Ciudad Real), cuna del artista, cuya remodelación y actualización ha sido inaugurada en enero.

En los jurados de las distintas convocatorias han participado artistas de la talla de Antonio López, Rafael Canogar, José Manuel Ballester, Amalia Avia, Isabel Quintanilla o Agustín Úbeda; y críticos e historiadores de Arte, curadores y conservadores como Juan Manuel Bonet, Manuela Mena Marqués o Álvaro Martínez Novillo. 

Prieto, en unos pocos trazos

Gregorio Prieto (Valdepeñas, 1897-1992) fue uno de los vanguardistas españoles más internacionales. Pintor, dibujante (disciplina en la que brilló como uno de los más notables españoles del siglo XX), fotógrafo, performancer, fue el ejemplo de artista total que reivindicaban las vanguardias históricas. El collage fue además la singular aportación plástica en su madurez, bajo una marcada influencia del pop-art pero siempre dentro de los antipostulados de lo que se dio en llamar ‘postismo’ (contracción de postsurrealismo), movimiento que Prieto acuñó junto a los poetas y artistas múltiples Chicharro Briones y Edmundo de Ory.

Prieto inició sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, destacando enseguida como notable paisajista, influido por el impresionismo y sus derivas. Formó parte activa de la generación artística del 27 y fue su más destacado representante pictórico. Paralela y consecutivamente vivió y creó en el universo de las vanguardias internacionales desde su etapa formativa en París a mediados de los años 20. Una senda vivencial y creativa que posteriormente le conduciría a Roma (Real Academia de España bajo la dirección de Valle-Inclán), de vuelta a París y, de allí, en agosto de 1936, a su exilio en la capital británica, desde donde regresaría a España en 1950.

 

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