El pasado domingo 17 de junio, el distrito Retiro organizó una Gymkana de juegos intergeneracionales, en la plaza Daoiz y Velarde, para reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres, de una forma divertida.

Al llegar, se entregaba un pasaporte por la igualdad y el buen trato que cada familia iba sellando al completar cada actividad.

 

 

Para dejar constancia del paso en la jornada, todo el mundo estaba invitado a fotografiarse con mensajes y dibujos en el photocall por la igualdad y el buen trato. Después, en el rincón de juegos cooperativos, se derribó el machismo, la desigualdad y el maltrato, y hubo que trabajar en equipo para mantener a flote el paracaídas de los colores y conseguir atravesar la plaza unidas con una camiseta gigante.

 

 

En la mesa ‘Te doy la chapa por la igualdad’, los participantes diseñaron y fabricaron pins y terminaron luciendo sus dibujos y frases sobre igualdad, prendidos en la ropa.

Haciendo pins con mensajes a favor de la igualdad

 

Las escaleras de la plaza sirvieron para descansar escuchando tres cuentos: “La rebelión de las princesas”,Mi papá es amo de casa” y “El misterio del chocolate en la nevera”, referentes a las tareas en casa o los cuidados que necesitan las personas unas de otras. Los relatos eran participativos y algunas niñas y niños salieron a representar personajes.

 

 

Sobre el reparto de las labores domésticas se instaló un mural para poner pegatinas con las tareas que hacía cada miembro de la familia. Al principio, llamaba la atención que la mayoría de las tareas las hacían las mamás, aunque al final de la mañana el mural se fue equilibrando. Para incorporar cambios que equilibren este reparto de tareas, se entregaron a las familias unos cuadrantes que les ayudaran a pensar sobre esto en casa.

Para terminar la Gymkana, se realizó una colada por la igualdad, formada por trapos de cocina que fueron pintados con mensajes de corresponsabilidad.

 

Telas con mensajes de corresponsabilidad para la colada de la igualdad

La despedida tuvo lugar, dentro del Centro Cultural Daoiz y Velarde, ya que hacía mucho calor, con la divertida obra “Pelo crece, ¡te cortaré si me apetece!” donde Bululú y Atolondrado, contaron una historia oída muchas veces, pero totalmente cambiada: la princesa Rapunzel, desea con todas sus fuerzas estudiar las estrellas y el cielo, y no quiere ni oír hablar de bodas ni príncipes.

También en este caso, las niñas y niños les ayudaron a representar esta bonita historia, porque individualmente no podemos, pero entre todos sí.