Hoy paseamos en búsqueda de aves por el distrito de Fuencarral-El Pardo, saliendo desde El Pardo. Visitamos un ecosistema de ribera: la ribera del Manzanares.

[Río Manzanares a su paso por El Pardo]

Como sabéis, éste es uno de los múltiples itinerarios ornitológicos que realizamos desde el programa Madrid Ambiental, y como tal nos hemos venido hasta el Monte de El Pardo. Se trata de un lugar especial y muy distinto a los parques y jardines que tenemos en la ciudad de Madrid.

Resaltamos que el Monte de El Pardo, tiene varias figuras de protección que debemos conocer antes de recorrerlo, ya que limitan el uso, sin olvidar las propias normativas municipales. Fue declarado Zona Especial de Protección para Aves (ZEPA) en 1987. Una ZEPA es un espacio natural protegido catalogado por la Unión Europea (Red Natura 2000) como zona natural de singular relevancia para la conservación de la avifauna amenazada de extinción. Aquí podéis consultar la información sobre la ZEPA de El Monte de El Pardo

Por esta razón aquí si cabe, debemos de respetar aún más las normativas, no incurriendo en el desobedecimiento de ellas, mostrar el máximo respeto por la fauna silvestre, y disfrutar de este privilegio.

Desde el equipo educativo del programa y el propio Ayuntamiento de Madrid, nos sentimos responsables de saber hacer llegar este mensaje a todos aquellos que venís con nosotros a este precioso lugar.

[Vistas río Manzanares]

 

La mañana se presentó fabulosa. Aunque no se dejaron ver los picapinos, trepadores azules o agateadores, nos encontramos varias sorpresas que hicieron que la visita resultara un éxito.

Comenzamos la ruta desde el puente de los Capuchinos oyendo ruiseñores; tanto al sonoro ruiseñor bastardo (Cettia cetti), como al melodioso ruiseñor común (Luscinia megarhynchos). Recordamos que ambos son de géneros distintos y que comparten el mismo ecosistema de ribera y coloración, pero su comportamiento varía. Con las luces claras que entraban entre la fronda les vimos en vuelo de color herrumbre. Esto se debe al marrón muy rojizo que poseen en las plumas de cola especialmente los ruiseñores comunes.

Entre los sonidos del Manzanares detectamos verdecillos (Serinus serinus), gorriones comunes (Passer domesticus) y al poco, un verderón (Chloris chloris) que se posa delante y se deja ver un minuto.

Asomamos al azud empezamos a ver ánades reales (Anas platyrhynchos). Al poco nos sobrevoló una garza real (Ardea cinerea), aunque vimos únicamente sus formas entre las hojas.

Empezamos a centrar nuestros ojos en el cauce del río. ¡Se mueve algo!

El carrizo se mueve a destiempo, no es el viento que lo meza, debe de haber algo allí.

Tenemos paciencia y esperamos que no sea nuestra imaginación o simplemente un remolino de agua en el fondo. En esto que un macho de curruca capirotada (Sylvia atricapilla) se mueve entre el fresno que tenemos a nuestra izquierda. ¡No, esto no era!

Casi por arte de paciencia ¡algo salta entre el carrizo! ¡Es un avetorillo (Ixobrychus minutus)! Tratamos de no emocionarnos mucho para molestarlo con nuestras voces e ímpetu. Y lo disfrutamos mucho. Estuvo varios minutos a la vista caminando, o más bien saltando de planta en planta.

 

[Avetorillo (Ixobrychus minutus)]

El Martín pescador (Alcedo atthis) es como un premio buscado siempre que vamos al río. Un tesoro que sabemos que está, pero su detección es normalmente fugaz (en vuelo), por ser tan destacado. Hoy lo vimos pasar y por suerte aterrizó cerca, y a pesar de posarse en una zona algo alejada, conseguimos buenos ángulos para verlo medianamente bien.

Desde este lado siguiendo el paseo al otro lado de la orilla, con la panorámica del río debajo vimos al pájaro de oro volar. Una oropéndola (Oriolus oriolus) pasó, se posó, levantó el vuelo y de nuevo se posó. Nos permitió verla bien, aunque algo lejos. De nuevo volviendo pudimos verla volar.

 

 

[oropendola]

El paseo nos siguió dejando escenas estupendas y un caminar agradable. Levantando la barbilla vimos milanos negros (Milvus migrans), buitres leonados (Gyps fulvus) y un buitre negro (Aegypius monachus). Bajando la vista gallinetas (Gallinula chloropus) y por el camino de paseo una elegante  abubilla (Upupa epops).

 

Los perros pueden perjudicar la reproducción de las especies.

No todo lo que vimos fue bonito, y no está mal contar las escenas desagradables con las que nos topamos.

El incumplimiento de la normativa de llevar a los perros atados en estos lugares es notable. La gran mayoría de las mascotas que vimos estaban sueltas. Y llegados a la pasarela de metal de Mingorrubio, con la que cruzamos el río, nos encontramos con múltiples perros dentro del agua. Ya antes y después los seguimos viendo, incluso los dueños de los mismos animándonos a hacerlo.

Debemos recordar, y nos remitimos a la normativa, que indica expresamente que no deben ir atados, vigilados en todo momento y no pueden asustar o perseguir a la fauna. De hecho el decreto 102/2014, de 3 de septiembre del Plan de Gestión de los Espacios Protegidos Red Natura 2000 ZEC Cuenca del río Manzanares y ZEPA Monte de El Pardo y Soto de Viñuelas, donde nos encontramos, dice esto:

“[…] Asimismo, la presencia de perros sueltos asociada al uso recreativo en el Espacio puede ocasionar molestias a especies Red Natura 2000, pudiendo llegar a ser graves en algunas circunstancias. […]”

Y debido a la abundante problemática, ya en 2014 se indicaba esto:

  • “[…] Se promoverá la adopción de medidas de control de la presencia de perros sueltos y otros animales de compañía en las zonas de afluencia de visitantes. Estarán exentos de este control los perros asociados al pastoreo y, en su caso, a la actividad cinegética. […]”
  • Los perros pueden perjudicar la reproducción de las especies al alterar o perturbar a estas durante las épocas clave o favorecer la dispersión de enfermedades y hongos, como la quitridiomicosis en anfibios, y que ha originado daños muy importantes en las poblaciones del Parque Nacional de Guadarrama
  • El comportamiento de marcaje territorial (deposición de excrementos o de orina) puede perturbar a la fauna salvaje y hacerla abandonar las zonas así marcadas a causa del olor de los perros. Los animales resultan así más difíciles de observar.
  • Un ladrido de perro hace huir a los animales hasta que alcanzan lugares seguros pero donde puede escasear su alimento. Todo el tiempo que pierden en alimentarse altera las posibilidades de supervivencia.
  • Los perros pueden destruir, directa o indirectamente, las puestas de los pájaros que anidan en el suelo o entre la vegetación del río.

Estos son algunos ejemplos del porqué de estas normas.

Por todo ello pedimos desde Madrid Ambiental que todos los vecinos cumplamos las normativas y tengamos presente que no estamos solos en la ciudad, en el campo o en el río. Convivimos con unas pocas especies, de las que cada vez hay menos debido a nuestra actividad y comportamiento.

Sentimos también que debido a estas situaciones, no permitimos que puedan venir mascotas a nuestras actividades, ya que se compromete el desarrollo de la misma y pone en riesgo el disfrute de todo el grupo (al mismo tiempo que el de la fauna silvestre).

 

[Camino de Gordolobo- Verbascum thapsus]

Para no dejarnos llevar por este tropiezo perruno, recordamos que además de las aves, pudimos disfrutar de un paseo propio del final de la primavera. Muestra de ello son la increíble cantidad de gordolobos (Verbascum thapsus) que, como candelas guiaban nuestro camino de vuelta al punto de encuentro. No son aves, pero en la naturaleza, si te dejas llevar vas a ver muchas más escenas de las que buscabas. Y es que estos gordolobos estaban repletos de abejas silvestres que, de habernos detenido a mirar, no hubiéramos llegado en hora.

En este último recorrido pudimos ver entre aviones y vencejos algunos abejarucos. Aunque estos no se dejaron ver más que fugazmente, por lo que no pudimos apreciar bien la fantástica gama cromática de su plumaje.

Como siempre, os añadimos la lista de aves avistadas durante la ruta -por orden alfabético del nombre común-:

  • Abejaruco europeo (Merops apiaster)
  • Ánade azulón (Anas platyrhynchos)
  • Avetorillo (Ixobrychus minutus)
  • Avión común (Delichon urbicum)
  • Abubilla (Upupa epops)
  • Buitre leonado (Gyps fulvus)
  • Buitre negro (Aegypius monachus)
  • Carbonero común (Parus major)
  • Cotorra de Kramer (Psittacula krameri)
  • Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
  • Estornino negro (Sturnus unicolor)
  • Gallineta (Gallinula chloropus)
  • Garza real (Ardea cinerea)
  • Golondrina (Hirundo rustica)
  • Gorrión común(Passer domesticus)
  • Herrerillo común (Cyanistes caeruleus)
  • Jilguero (Carduelis carduelis)
  • Lavandera blanca (Motacilla alba)
  • Martín pescador (Alcedo atthis)
  • Milano negro (Milvus migrans)
  • Mirlo (Turdus merula)
  • Mosquitero común (Phylloscopus collybita)
  • Oropéndola (Oriolus oriolus)
  • Paloma torcaz (Columba palumbus)
  • Ruiseñor bastardo (Cettia cetti)
  • Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos)
  • Urraca (Pica pica)
  • Vencejo (Apus apus)
  • Verdecillo (Serinus serinus)
  • Verderón (Chloris chloris)

Un total de 30 especies (y eso que hubo perros sueltos…).

¡Hasta la próxima salida!

 

Para recordar:

Aves que hemos visto hoy… Parque Juan Carlos I_5 marzo 2023

Aves que hemos visto hoy… Parque Forestal de Valdebebas-Felipe VI_6 de mayo 2023

 

Aves que hemos visto hoy… Monte de El Pardo_13 de mayo 2023

Aves que hemos visto hoy… Parque del Oeste_13 de mayo 2023