Hoy visitamos el Parque Emperatriz María de Austria, en el corazón de Carabanchel. Fresca, pero soleada mañana invernal; ideal para pajarear este sábado de mediados de febrero. Aves urbanas, acuáticas y forestales nos aguardan a lo largo de las 59 hectáreas que conforman la superficie de este espacio verde situado entre la carretera de Toledo y el núcleo urbano carabanchelero.

Y haciendo alarde de su condición urbanita, las cotorras argentinas (Myiopsitta monachus) y las palomas bravías (Columba livia) se entremezclan escandalosamente al comienzo del itinerario. Continuando por el paseo de plátanos de sombra avistamos a varios individuos de la otra especie de paloma abundante en nuestra ciudad, la paloma torcaz (Columba palumbus).

En las praderas de césped aledañas, un bando de estorninos negros (Sturnus unicolor) junto a un verdecillo (Serinus serinus) y varios gorriones comunes (Passer domesticus) y molineros (Passer montanus) buscan alimento al unísono mientras, una pareja de mirlos comunes (Turdus merula) hacen lo propio pero algo alejados del anterior grupo.

 

[Imagen 1: Mirlo común (Turdus merula). Fuente: CENEAM]

 

Bastante distribuidas también, aunque parezcan solitarias están comunicándose constantemente entre ellas, las abundantes urracas (Pica pica) tanto posadas sobre los diversos cedros, ciruelos de pissard y cerezos, como en las praderas defendiendo celosamente su territorio.

Esta mañana hemos visto numerosos carboneros comunes (Parus major) y garrapinos (Periparus ater). Hemos podido contemplar ejemplares de ambas especies en la parte más alta del parque, al comienzo.  Al bajar a la zona del pinar, los segundos han sido más abundantes. Estaban muy activos, trinando potentemente y danzando por parejas en acrobáticos bailes aéreos. Tal vez se trate del cortejo pues esta especie comienza el emparejamiento en los meses de enero y febrero.

Mientras observamos a uno de éstos en un almendro en flor, una cotorra de Kramer (Psittacula krameri) picotea una de sus flores en una rama cercana. Se trata de la otra especie de cotorra que es exótica e invasora en España.

Nos topamos con otra pareja de aves bastante inquieta al llegar al final de la cuesta que baja a la zona del lago, se trata de dos herrerillos comunes (Cyanistes caeruleus). Ha sido otra de las especies más avistadas a lo largo de la mañana. Muy cerca de ellos, entre matorrales de malvas silvestres, un bando de mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) se mueven velozmente entre las plantas. Veremos más a lo largo del pinar volando raudos entre las copas de los pinos carrascos y piñoneros.

Llegamos al lago y contemplamos una gran variedad de especies: una pareja de gansos del Nilo (Alopochen aegyptiaca), una gallineta común (Gallinula chloropus) con su cría, varios ánades azulones (Anas platyrhynchos), numerosas gaviotas tanto reidoras (Chroicocephalus ridibundos) como sombrías (Larus fuscus), y a un solitario zampullín (Tachybaptus ruficollis) que aparece y desaparece de nuestra vista constantemente. Sobre el canal de la ría artificial, una pareja de lavanderas cascadeñas (Motacilla cinerea) destacan con sus amarillentas tonalidades; mientras que en el borde del lago, lo hacen sus congéneres blancas (Motacilla alba) con su grácil caminar.

 

[Imagen 2: Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea). Fuente: CENEAM]

 

Escuchamos el reclamo metálico de un petirrojo (Erithacus rubecula); sin embargo, y curiosamente, esta vez no ha dejado verse. El que sí ha posado esta vez para nosotros sobre la rama de un pino ha sido el cotizado pico picapinos (Dendrocopos major). Ha durado poco tiempo, pero el suficiente para alegrarnos la vista. Mientras tanto, varias parejas de jilgueros (Carduelis carduelis) revolotean ocultándose entre las largas y espesas acículas de los piñoneros, al igual que varios de los paseriformes anteriormente mencionados. Parece que la primavera se está adelantando…

 

En varias ocasiones hemos escuchado al pito ibérico (Picus sharpei), finalmente podemos verle al finalizar el recorrido llegando al paseo central de comienzo. Se ha lanzado ondulante desde el tronco de un cedro hasta el césped en busca de insectos. Lo hemos identificado por su característico vuelo ya que se camufla estupendamente debido a sus tonalidades verdosas y grisáceas. Probablemente, en muchas ocasiones, estemos viendo individuos de esta especie a lo lejos y/o a contraluz y no seamos conscientes de ello, confundiéndolos con otras especies más comunes.

 

[Imagen 3: Pito ibérico (Picus sharpei). Fuente: CENEAM]

 

De ahí la importancia no solo de mirar, sino también de escuchar y observar los movimientos, el comportamiento, la época del año en la que estamos, el lugar…Todos estos datos son relevantes a la hora de identificar a las distintas especies que podemos encontrar en nuestra ciudad.

Si te interesa aprender más sobre aves, puedes apuntarte a nuestro webinario sobre “Iniciación a la ornitología” y te animamos a compartir una estupenda mañana con nosotros por alguno de los espacios verdes que visitamos. Echa un ojo al catálogo de este trimestre https://diario.madrid.es/programambientales/agenda-invierno-2024-madrid-ambiental/,  y ponte en contacto con nosotros a través del correo del programa de Madrid Ambiental: proambiental@madrid.es.

 

“Para poder ver pájaros es necesario formar parte del silencio”

Robert Lynd