“A todo el mundo le gustan los pájaros. ¿Qué criatura salvaje es más accesible a nuestros ojos y oídos, tan cerca de nosotros y de todos en el mundo, tan universal como un pájaro?”

David Attenborough

 

Domingo, 16 de julio, calor… Realizamos uno de los itinerarios ornitológicos de Madrid Ambiental en una de las zonas verdes más características de Madrid. Estamos hablando del Parque del Oeste. Este parque fue el primer parque público de la Villa de Madrid inaugurado en 1905 y cuenta con una extensión de 78 hectáreas aproximadamente.

Hemos recorrido la parte norte y más antigua del parque. Encontramos la ría artificial y una jardinería de estilo paisajista con grandes praderas verdes. Además, en el área donde se encuentran los búnkeres encontramos un pinar con cajas nido.

[Búnker del parque del Oeste, Fuente: Madrid Ambiental]

Empezamos en la parte más cercana al intercambiador de Moncloa y vamos bajando por diferentes zonas de extensas praderas hasta llegar a la ría artificial. Es en esta área donde comenzamos a ver las primeras aves. El domingo tuvimos suerte y lo primero que vimos nada más entrar a un parque fue a un pico picapinos (Dendrocopos major) que nos permitió ver muy bien su patrón ajedrezado y su obispillo rojo. Cerca del árbol donde se encontraba en el suelo también había paloma torcaz (Columba palumbus) y urraca común (Pica pica). La urraca como ya es habitual se encontraba cerca de las papeleras donde aprovecha nuestros restos para alimentarse.

Una vez alcanzamos la ría tomamos el camino paralelo a su curso. Nada más comenzar nos sorprende un herrerillo común (Cyanistes caeruleus) que nos guía sin saberlo hacia una familia de estorninos. Divisamos un grupo de estorninos negros (Sturnus unicolor) bastante pequeño y entre ellos se encontraba uno de coloración más apagada, marrón oscuro. Tardamos un rato en darnos cuenta de que se trata de un juvenil que va siguiendo a sus padres reclamándoles comida constantemente. Les estuvimos observando hasta que otra ave peculiar se cruzó en nuestro campo de visión. Se parecía un poco al estornino joven, sin embargo lucía más moteado y con cierto color aclarado en la barbilla. Se trataba de otro juvenil, esta vez de mirlo común (Turdus merula).

[Juvenil de mirlo común, Fuente: Flickr]

Es una buena época para ver aves juveniles y así conocer como es su plumaje en diferentes estadios. Pudimos observar con mucha claridad juveniles de diferentes tamaños de paloma torcaz (Columba palumbus),  todos ellos sin las tan características manchas blancas que presenta la paloma torcaz cuando ya tiene el plumaje de adulto. También vimos un individuo juvenil de petirrojo europeo (Erithacus rubecula), que al igual que el mirlo presenta un patrón más moteado tanto en el dorso como en la zona ventral.

En la ría no solemos ver acuáticas debido a que las dimensiones de ésta son muy reducidas, aunque es un espacio fresquito y necesario por lo que es común encontrar bastante actividad a su alrededor. Por esta zona del parque vimos un chochín paleártico (Troglodytes troglodytes) y gorrión común y gorrión molinero (Passer domesticus y Passer montanus). Y escuchamos claramente el trino sonoro del cetia ruiseñor (Cettia cetti), muy típico de las zonas con presencia de agua.


[Chochín paleártico, Fuente: Flickr]

Una vez dejamos el sendero que acompaña a la ría, continuamos por otro de los caminos de tierra anchos que llega hasta el paseo de Ruperto Chapí, donde cogeremos otro camino que nos lleva a un espacio con restos de la guerra civil. En estos caminos tenemos la suerte de poder observar muy cerca dos de las especies exóticas invasoras por excelencia de la ciudad, la cotorra de argentina (Myiopsitta monachus) y la cotorra de Kramer (Psittacula krameri). Nos dedicamos un rato a observar sus diferencias morfológicas, canto y comportamiento para aprender a diferenciarlas bien y no confundirlas. Al mismo tiempo, nos dejamos sorprender por los vencejos comunes (Apus apus) y volando casi entre nosotros alguna golondrina común (Hirundo rustica) que pasan por encima de nuestras cabezas. De repente entre dos chopos (Populus nigra) divisamos un ave de gran tamaño dando vueltas, comportamiento muy habitual en las rapaces, todos nos pusimos los prismáticos y enseguida vimos que se trataba de un precioso milano real (Milvus milvus).

Llegamos hasta el Observatorio de aves del Parque del Oeste. Es un buen sitio donde desarrollar la paciencia. En esta ocasión volvemos a ver un pico picapinos (Dendrocopos major) y una paloma torcaz (Columba palumbus).

[Observatorio de aves del parque del Oeste, Fuente: Madrid Ambiental]

Salimos al pinar que rodea el Observatorio de aves y ya en el paseo de plátanos (Platanus hispanica) una abubilla común (Upupa epops) capta nuestra atención. Es bastante común en las zonas verdes de Madrid, encontrarnos a los paseriformes compartiendo espacio. Pudimos observar una gran cantidad de serines verdecillos (Serinus serinus) entremezclados con gorriones (Passer domesticus y Passer montanus), jilgueros europeos (Carduelis carduelis) y un par de hembras de pinzón vulgar (Fringilla coelebs).

En el camino hacia el intercambiador de Moncloa, nos encontramos con la paloma bravía (Columba livia) y carbonero garrapinos (Periparus ater). Y no podíamos terminar la ruta ornitológica son escuchar el canto característico del pito real (Picus sharpei), que casi parecía estar despidiéndose de nosotros.

Durante el recorrido de hoy además de la cantidad de juveniles que hemos podido observar nos ha sorprendido ver hasta en cinco troncos de árboles diferentes al agateador europeo (Certhia brachydactila). Es un ave que suele costarnos encontrar, pero en el día de hoy hemos tenido oportunidades de sobra para detenernos en cada uno de sus detalles.

 

Algunos consejos para observar aves en el parque del Oeste

En este parque encontramos multitud de áreas diferentes y arbolado de bastante tamaño. El mejor truco es al menos realizar una o dos paradas largas por zona para con paciencia rastrear a nuestro alrededor en busca de movimientos y sonidos. En verano la vegetación del parque presenta mucha hoja y además las aves que ya no están en época de apareamiento son más calladas lo que puede dificultarnos verlas a simple vista. Aunque parezca que no hay nada el mejor consejo es esperar y prestar atención y por lo general poco a poco empezaremos a poder ver a las aves moverse y así localizar donde se encuentran.

Si te gusta la observación de aves, tanto si te estas iniciando como si ya llevas un tiempo, desde el equipo de educadores ambientales de Madrid Ambiental te queremos invitar a realizar con nosotros alguno de los itinerarios ornitológicos que ofertamos; los puedes encontrar en el catálogo de actividades ambientales de Hábitat Madridcatálogo de actividades ambientales en verano 2023.

 

Puedes leer en las siguientes entradas la recopilación de especies observadas y registradas hasta el momento.