La localidad abulense de El Tiemblo y el distrito madrileño de Moratalaz tienen algo en común que para una gran mayoría de la población es desconocido. Para muchos fue motivo de excursión acercarse a este municipio de la vecina Castilla y León, y contemplar los famosos Toros de Guisando. ¿Quién no recuerda entre sus apuntes los conocidos verracos de la Edad de Hierro que ilustran muchos de nuestros libros de arte? Lo que seguro no sabrás es que este famoso conjunto escultórico tiene una réplica en uno de los parques más conocidos del distrito con el que comparte nombre: el parque de Moratalaz.
Apenas 90 kilómetros separan El Tiemblo de nuestro distrito. Cuatro esculturas de granito que se han identificado como toros o verracos, y a los que se atribuye el poder de potenciar la fertilidad y la protección del ganado, si bien también se habla de que su función fuese la de ser hitos demarcadores de zonas de pasto, además de esta otra religiosa o mágica. La época pre-romana española tiene sin duda una de sus mejores representaciones en este monumento. En el caso de la réplica de Moratalaz, se trata probablemente de uno de los secretos mejor guardados del distrito que puedes visitar en cualquier momento, y de paso disfrutar de este pulmón verde.
Desde finales de los 60, fecha en la que se inauguró el parque, nuestro distrito cuenta con estos animales especiales en esta zona verde de la avenida de Moratalaz, 183, especialmente visibles desde la entrada por la avenida del Doctor García Tapia. También son cuatro, como los de El Tiemblo, y, si bien no tienen el mismo valor insustituible de los abulenses, llegaron a ser hasta reclamo en varios anuncios de los años 70 que promovían viviendas en el distrito. Los madrileños no son exactamente iguales a los de El Tiemblo, y se trata más bien de figuras esquemáticas, pero permiten hacerse una idea bastante exacta de los originales.
El parque de Moratalaz es uno de los más populares de nuestro distrito por su gran extensión. Cuenta con áreas infantiles, varios espacios deportivos, y un lago de gran tamaño. Como curiosidad, también se denomina ‘Parque Z’ por el polígono de viviendas donde se encuentra.
Tal vez estos días no podamos hacer el turismo que nos apetecería, pero ¿por qué no acercarnos a este rincón de Moratalaz y rememorar las páginas de arte o la excusión del colegio? Si ya los conoces, vuelve a visitar a estos verracos, que, aunque inmóviles, llevan más de 50 años siendo testigos del devenir de nuestro distrito.