«Escuchad el cuerpo de las niñas y niños especialmente en el caso de la educación infantil ya que las y los más pequeños se comunican no verbalmente». Diferentes personas asentían ante las palabras de la presidenta de la Red de Escuelas Infantiles (REIM) Ana Fernández. Fue solo una de las propuestas que se dieron a conocer. Bajo el título «Buenas prácticas de convivencia en la infancia» directoras y directores de centros de educación infantil y primaria, educadores sociales, trabajadores sociales, asociaciones e instituciones y otras personas interesadas en el área de la educación, compartieron experiencias para mejorar la convivencia de los menores durante toda la mañana del 20 de marzo en el Centro de Mayores Infante Don Juan del distrito de Moncloa-Aravaca.
La jornada estaba impulsada por el Departamento de Servicios Sociales, la Mesa de Convivencia y Acoso y el Consejo Local de Atención a la Infancia y Adolescencia del distrito de Moncloa-Aravaca. Tras la inauguración de la jornada por la concejala-presidenta del distrito de Moncloa-Aravaca, Montserrat Galcerán, la psicoterapeuta y presidenta del instituto Safman, María Jesús Nieto, era encargada de abrir el turno de presentaciones con una dedicada al fenómeno del acoso en la infancia.
Fue una mañana eminentemente práctica porque se trataba de que los profesionales de servicios sociales y educación conocieran de primera mano algunas ejemplos de buenas prácticas que funcionan con éxito desde hace años, desde ámbitos muy diferentes y en diferentes niveles educativos. Así se mostraron el proyecto de aula de socialización impulsado por servicios sociales e impartido por la entidad Safman; las sesiones de convivencia en positivo en las que se incide en el respeto y la empatía con las que la asociación Balia trabaja en el CEIP Ortega y Gasset de Tetuán; y el programa de transición al instituto. Éste último es un proyecto de intervención grupal dirigido a las alumnas y alumnos de Sexto de Primaria de los centros públicos de Moncloa-Aravaca, que pretende reducir la ansiedad que produce el cambio ante lo desconocido ante el paso a un nuevo centro escolar.
También las y los educadores pudieron experimentar con dinámicas la ansiedad y el stress que pueden llegar a sentirse en la infancia. Los problemas de convivencia en el aula pueden generan una situación de stress que dificulta el aprendizaje. «Insistimos en el avance académico en seguir el programa pero si no se resuelve el stress será muy difícil avanzar académicamente» insistía Gilda Ibeas de Balia.
Tal como afirmaba al concluir la jornada la jefa del departamento de Servicios Sociales, Paula Collado, «apostamos por la prevención, poniendo el acento en las causas del malestar de las niñas y los niños ya que muchas de las violencias que sufren las y los menores de nuestra ciudad tienden a permanecer ocultas y son ignoradas o no percibidas en toda su gravedad por la ciudadanía y las instituciones». Además, «quedamos comprometidos a coordinar, priorizar y globalizar todas aquellas actuaciones dirigidas a detectar y prevenir las situaciones de vulnerabilidad y los distintos tipos de violencias que afectan a niñas, niños y adolescentes, ayudando a revertir procesos de vulnerabilidad crecientes y a fortalecer su capacidad de superar las dificultades. Se trata del principio de un proceso para concretar qué hacemos las instituciones, entidades y asociaciones para mejorar la convivencia en la infancia.»