Descubriendo la Cuña Verde
Ya no tienes excusa para no conocer el parque de la Cuña Verde de Latina. A iniciativa de diversos diversos colectivos de los barrios de Los Cármenes, Caño Roto y Lucero y la junta municipal una guía te ayudará a recorrer este pulmón del suroeste de Madrid: fortines de la guerra civil, un barco pirata para que las/os niñas/os vivan extraordinarias aventuras, una evocadora rosaleda, un mirador que ofrece uno de los mejores skylines de todo Madrid, o un rocódromo en el que es posible practicar la escalada… ¡hasta de noche! También tiene zonas de aparatos de gimnasia para los mayores, zona canina y un carril bici que atraviesa todo el parque para los más deportistas.
La iniciativa de creación de esta guía forma parte de los esfuerzos que diversos colectivos de los barrios de Los Cármenes, Caño Roto y Lucero realizan para poner en valor esa zona verde con un pasado agitado. Llenar de vida la Cuña Verde es la mejor manera de garantizar su buen mantenimiento. Por ello, también han organizado una exposición de fotos, jornadas y visitas guiadas al parque que conecta con la Casa de Campo. Allí reunieron recientemente a vecinos y vecinas a observar el eclipse lunar, con gran éxito de convocatoria.
La Junta Municipal de Distrito Latina apoya la iniciativa vecinal, con la participación del concejal Carlos Sánchez Mato, en una de las visitas recientes y el respaldo económico en la impresión de las guías, que se reparten en las actividades y que también serán distribuidas durante las fiestas de Lucero del próximo mes de septiembre.
Historia en piedra
En la Cuña Verde se encuentra el Cerro de la Mica, un privilegiado balcón sobre la ciudad de Madrid que en tiempos de la Guerra Civil era una importante altura de segunda línea en manos de los nacionales.
La zona fue tomada en noviembre de 1936, cuando las tropas sublevadas de África avanzaban sobre Madrid, quedando detenidas a las puertas. La carretera de Extremadura quedó cortada un poco más adelante y la altura del cerro del Lucero era un observatorio privilegiado sobre las posiciones republicanas. En el otoño de 1938 se generalizó la fortificación de posiciones de segunda línea nacionales, y en ese impulso se inscriben los fortines que se pueden visitar en este sitio.
En los últimos años del pasado siglo, el derribo del poblado chabolista del Cerro de la Mica realizado con el que se incluyeron sus terrenos dentro del nuevo parque de la Cuña Verde, deparó la sorpresa de la aparición de un núcleo de fortines levantados por la División 18 del Ejército Nacional hacia el final de la contienda. Hoy día sobreviven dentro del parque como un conjunto singular.
Los fortines, desconocidos hasta entonces, habían sido utilizados como habitaciones complementarias. Y es que en la zona que hoy ocupa la Cuña Verde se comenzaron a levantar pequeñas casas y chabolas en la década de los 60, con la llegada masiva de personas desde el campo a la ciudad.
La crisis de los 80 trajo a los barrios obreros un aumento de la pobreza y una mayor fragmentación social y generacional. Entró entonces en juego la heroína que se cebó en algunos de estos barrios con una juventud carente de expectativas laborales. El Cerro de la Mica pasó a ser un lugar tristemente relacionado con el tráfico y consumo de droga.
El proyecto del parque de la Cuña Verde comenzó a plantearse como alternativa en esa época, pero no comenzó a cristalizarse hasta 1991. Desde ese año hasta 2003 fue levantándose la zona verde y sus infraestructuras, con un coste superior a los 3 millones de euros.
Desde el Ayuntamiento se trabaja también en ello. Si bien la situación no es comparable ni de lejos a la que se vivió en la década de los 80, sí se han establecido mecanismos para garantizar la seguridad y prevenir la venta y consumo de estupefacientes. Al refuerzo de los servicios de policía municipal en la zona, se ha añadido en el mes de junio un programa piloto de Madrid Salud encaminado a la prevención y atención de adicciones que se ampliará a través de la Junta de Latina el próximo año.