Las cocinas solidarias impulsadas por el distrito de Latina para dar respuesta a la emergencia alimentaria siguen funcionando durante el verano desde la base montada en El Mirador de Cuatro Vientos. En esta nueva etapa, la Junta Municipal de Latina da un paso más hacia la cohesión social con la puesta en marcha de una iniciativa de inserción sociolaboral que enseña el oficio dentro de las cocinas a jóvenes en desventaja social que también podrán hacer prácticas en empresas de restauración.
Misión cumplida durante el confinamiento
Una vez finalizado el estado de alarma, las cocinas solidarias de los colegios públicos de Latina, Nuestra Señora del Lucero, Costa Rica y Cuba, capitaneadas por el chef Chema de Isidro y la plataforma Turismo Solidario, y los fogones de la Escuela de Hostelería de la Casa de Campo debían retomar su actividad y prepararse para el nuevo curso. Tras de sí han dejado en torno a 75 000 menús cocinados durante mayo y hasta el final del confinamiento que han llegado a muchos hogares de Latina afectados por la crisis.
Una labor que ha sido posible gracias a voluntarios, aportaciones de empresas y particulares y a la colaboración de entidades sociales y ciudadanas, parroquias, comercios y restaurantes, los tres mercados municipales del distrito y Mercamadrid, servicios sociales de Latina y Administración local que han sumado fuerzas de forma coordinada para dar respuesta a la emergencia alimentaria.
La gastronomía como herramienta de transformación
Con la llegada de la nueva normalidad, las cocinas solidarias se han reinventado con una doble misión social. Siguen dando salida a menús saludables para hogares de Latina y van a mejorar las oportunidades de empleo de 32 jóvenes en desventaja social, doce de ellos seleccionados en el centro de menores extranjeros no acompañados de la Casa de Campo.
La nueva base de las cocinas solidarias de Latina se ha montado en el espacio Ibiza de El Mirador de Cuatro Vientos, que cedió a final de junio las instalaciones de forma altruista. Se trata de una gran carpa que cuenta con back office donde los jóvenes se están formando como ayudantes de cocina.
La ONG Cesal y Turismo Solidario se encargan de la formación teórico-práctica, que tiene una duración de dos meses. En la parte teórica se les enseña el funcionamiento de las empresas de restauración, cómo se organiza el departamento de cocina, métodos de conservación y almacenaje, nutrición y dietética, presentación de platos, manipulación de alimentos o protocolos de seguridad e higiene en hostelería. En la parte práctica se dedican al cocinado y envasado de los menús, bajo la supervisión de cocineros voluntarios.
El chef Chema de Isidro ha estado en primera línea en el proyecto de cocinas solidarias de Latina tanto en los fogones de los colegios como ahora en Cuatro Vientos. Además de cocinero es uno de los formadores de la ONG Cesal y responsable de la ONG Gastronomía Solidaria, conocida popularmente como la raspa, símbolo de la labor social que desarrolla. Trabaja muy de cerca con los jóvenes aprendices de cocina.
Una puerta al mercado laboral
En septiembre será el momento de hacer prácticas en empresas de restauración durante otros dos meses. Desde la ONG Cesal también se presta apoyo personalizado a los jóvenes para facilitar su incorporación al mercado laboral, al que podrán mirar, ya convertidos en ayudantes de cocina, con mejores posibilidades para crearse un futuro.
El proyecto de cocinas solidarias de El Mirador de Cuatro Vientos surge a iniciativa de la Junta Municipal de Latina en colaboración con la ONG Cesal y la empresa aseguradora Reale, que ha hecho una aportación de 100.000 euros a través del Foro de Empresas por Madrid. En el reparto de los menús colabora la red solidaria de distribución creada en Latina con parroquias, asociaciones y entidades sociales en coordinación con los Servicios Sociales del distrito.