Vivienda de lujo, cuartel general, cabaret y, en la actualidad, sede de la Junta Municipal de Hortaleza. Con más de un siglo de vida, el Palacete de Villa Rosa despierta el interés de hortalinos, madrileños y turistas porque, además de haber recibido a personalidades de alta alcurnia, sus paredes han sido testigo de momentos cruciales en la historia de España.
El programa Madrid Otra Mirada (MOM), iniciativa de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid para acercar a la ciudadanía el rico patrimonio histórico, artístico y cultural de la ciudad, incluye en cada edición la visita guiada al Palacete de Villa Rosa, una oportunidad única para recorrerlo por dentro, conocer su origen y los distintos usos que ha tenido hasta hoy.
Poniéndonos en situación, el distrito de Hortaleza comprende terrenos de los antiguos municipios de Hortaleza y Canillas. En 1910 Zacarías Homs obtuvo la licencia para construir un hotel, el Palacete de Villa Rosa que fue diseñado por el arquitecto Ricardo Marcos Bauzá. De su construcción se encargó la Compañía Madrileña de Urbanizaciones, empresa creada por Arturo Soria en 1894 para llevar a cabo su proyecto de la Ciudad Lineal.
Emprendedor y visionario, el urbanista madrileño ideó un concepto de vida donde el campo y la ciudad estuvieran en consonancia y compartieran un mismo espacio, ya que consideraba que el centro de Madrid era insalubre. Para ello, proyectó en su Ciudad Lineal viviendas unifamiliares con amplias ventanas para una correcta ventilación, dotadas de huerto y jardín, con acceso a todos servicios esenciales y con el tranvía como eje de comunicación.
Arturo Soria concibió la mezcla de clases sociales, construyendo viviendas pequeñas para las familias humildes, y grandes palacetes donde los propietarios podían elegir los materiales y la disposición de las estancias. De las cien manzanas que se proyectaron, el Palacete de Villa Rosa ocupó la número 82.
Con 210 metros cuadrados construidos, sin contar las dos enormes terrazas y el jardín, poco queda de esa gran mansión que adquirió Zacarías Homs y que fue conocida en la época como La Rosaleda o Villa Eloísa, en honor a su mujer Eloísa Durán. Homs diseñó un jardín con diferentes especies arbóreas, como cipreses japoneses, olivos y hasta en invernadero con magnolias y geranios del que no se conserva ningún vestigio.
Adquirido entre 1925 y 1931 por el empresario José Tolosa, la Guerra Civil hizo estragos en Villa Eloísa y, por su situación estratégica cerca de El Capricho de la Alameda de Osuna, el palacete albergó el cuartel general del Partido Comunista. Pero sin lugar a duda, la historia más desconocida y sin embargo por la que toma su nombre actual, fue cuando Tomás Fajares, propietario del tablao Villa Rosa de la plaza de Santa Ana, adquirió el espacio a primeros de los años 40 y lo transformó en el cabaret más selecto de Madrid.
Tras una importante reforma, esta villa de lujo se convirtió durante casi 20 años en el paraíso del ocio para la élite en mitad de la postguerra: sala de fiestas, piscina exterior con bar, sauna, gimnasio… y la posibilidad de terminar una inolvidable velada al aire libre, cobijado por los porches de columnas en el jardín. Tal era su fama que por las instalaciones del Palacete de Villa Rosa acudieron todo tipo de artistas nacionales e internacionales de la época y hasta algunos altos cargos del gobierno de Franco lo utilizaban como punto de reunión…
Tras varios años de abandono pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Madrid, y el 8 de junio 1990, siendo alcalde Agustín Rodríguez Sahagún, se convirtió en la sede de la Junta Municipal de Hortaleza . Las obras duraron cuatro años (1986-1990) y el coste de la primera fase ascendió a 60 millones de pesetas.
El interior del palacete conserva poco de su distribución y materiales originales. En la entrada de la planta baja había un office con dos armarios y fregaderos, además de un comedor con acceso a una gran terraza que hoy en día es el Salón de Plenos. Completaban las estancias una sala de billar y la biblioteca. La imponente vidriera situada junto a la escalera de subida es original. Realizada por los hermanos Maumejean, está inspirada en la obra ‘La mariposa’ de Mariano Fortuny (1867). En la primera planta se disponían dos baños decorados con mármoles, dos gabinetes y cuatro habitaciones, y la azotea, que conserva el suelo original, albergaba otra gran terraza, salón biblioteca y sala de música.
Ya sea como Villa Homs, La Rosaleda, Villa Eloísa o el Palacete de Villa Rosa, los vecinos de Hortaleza tienen el privilegio de poder realizar sus trámites en un edificio histórico con amplios jardines repleto de anécdotas y curiosidades. Pero también de belleza. De hecho, la Junta Municipal de Hortaleza es uno de los espacios más demandados por las parejas para celebrar su boda civil. El próximo año, no te pierdas la visita de este edifico singular de la mano de ‘Madrid Otra Mirada‘.