Infraestructuras deportivas, centros de servicios sociales, culturales, de mayores, bibliotecas o la propia junta municipal. Los edificios municipales de Hortaleza ya cuentan con 33 nuevos desfibriladores externos semiautomáticos (DESA) para que pueden ser utilizados por personal no especializado en caso de emergencia. El presupuesto asciende a 64.000 euros con cargo a Inversiones Financieramente Sostenibles.
Las enfermedades cardiovasculares, y entre ellas la muerte súbita cardiaca, son la primera causa de muerte en el mundo occidental. Está demostrado que las expectativas de supervivencia aumentan considerablemente gracias a una respuesta inmediata con maniobras de soporte vital básico y la desfibrilación eléctrica precoz, entre otras.
Para saber actuar en caso de emergencia, personal de estas dependencias municipales han participado en una jornada de formación por parte de profesionales de SAMUR-Protección Civil, ya que ellos son los primeros intervinientes en caso de una parada cardiaca.
Además de nociones básicas de primeros auxilios, el personal ha aprendido cómo proteger al paciente y a uno mismo, alertar al 112 y saber explicar correctamente qué ha pasado, la ubicación, así como una valoración sencilla del paciente para poder actuar en tres supuestos: paciente consciente, paciente inconsciente que respira y paciente inconsciente que no respira.
También han profundizado en el funcionamiento del corazón para acercarse al uso del DESA o desfibrilador externo semiautomático, un aparato especialmente diseñado para aquellos casos de parada cardíaca que sucede fuera de los centros hospitalarios. Su sencillez hace que el personal no sanitario lo pueda manejar con seguridad y eficacia siguiendo las instrucciones que el desfibrilador indica en cada paso.
Los desfibriladores externos fuera del ámbito sanitario están regulados por el Decreto 78/2017, de 12 de septiembre, del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. Esta norma se refiere a la instalación y el uso de desfibriladores externos, así como a la obligatoriedad de su disponibilidad en determinados espacios de la Comunidad de Madrid donde se prevea una alta concurrencia de personas y exista la probabilidad de que ocurra una parada cardiaca, además de la creación del Registro Madrileño de Desfibriladores Externos.