Lograr la inclusión real de personas con discapacidad, y sobre todo, enseñar a salvar vidas. Bajo estas premisas ha arrancado en el distrito de Hortaleza una campaña de formación y sensibilización que muestra a escolares cómo asistir correctamente a una persona que ha sufrido una parada cardiaca realizándole la Reanimación Cardiopulmonar (RCP) y utilizando un desfibrilador. Una técnica aparentemente sencilla que podría salvar más de 30 000 vidas cada año.
Alumnos y alumnas de 6.º de Primaria del Colegio Público Esperanza permanecieron atentos a las explicaciones de las dos personas que impartían este taller de formación, con la peculiaridad de que una de ellas, Cristina, tiene Síndrome de Down. Apoyándose en un maniquí RCP, Cristina mostró in situ a niños y niñas cómo colocar las manos correctamente para que el masaje cardiaco sea efectivo o el uso del desfibrilador.
Gracias a esta charla de alrededor de una hora el alumnado adquiere nociones básicas y la capacidad de actuar en caso de emergencia, además de tomar conciencia de que todos son capaces de salvar vidas.
Este taller inclusivo que recorrerá los centros escolares de Hortaleza forma parte de la campaña Doc Down puesta en marcha por las asociaciones B+ Safe y Down España, en colaboración con el distrito de Hortaleza, que siempre ha mostrado un compromiso firme con la integración de las personas con esta alteración genética.
Doc Down pretende así concienciar sobre la cardioprotección y la inclusividad en las escuelas mediante talleres de primeros auxilios y RCP que pueden ayudar a salvar vidas y, además, educan a alumnos y alumnas en valores como la tolerancia y el respeto hacia la diversidad.
Hortaleza con la inclusión
El distrito de Hortaleza colabora asiduamente con Down España, establecidos en el barrio de Piovera, para dar visibilidad a las personas con algún tipo de discapacidad. Uno de los ejemplos es la creación del primer circuito inclusivo en el parque de Villa Rosa-Paco Caño, pionero en Madrid y trigésimo octavo del mundo, inaugurado en 2016.
Aunque a simple vista no se diferencia del recorrido habitual de un parque, dispone de señalización y caminos adaptados para evitar baches que son perfectamente accesibles para personas ciegas, sordas o en silla de ruedas. Dispone de dos recorridos circulares de 4 y 5,37 kilómetros.